Las mazorcas de maíz son perfectas para acompañar como guarnición un plato con proteínas y hasta comerlas solas es todo un placer cuando se cocinan de la manera apropiada. Seguramente, si has visto alguna publicidad, te habrás podido percatar de cómo lucen hermosas y perfectas con unos granos gorditos, apretados y bien carnosos.
Pero, ¿Qué sucede cuándo quedan secas, arrugadas o chiclosas? Conoce todo lo que se esconde detrás de unas mazorcas deliciosas y no la vuelvas a fallar jamás.
10Prepáralas también al horno y disfrútalas cuando gustes
No te limites a prepararlas hervidas cuando tienes tantas opciones, al horno es una de ellas y te quedarán divinas. Precalienta el horno a 220 ºC. Limpia muy bien las mazorcas y sazónalas con sal y pimienta y un poco de mantequilla derretida.
Para que se horneen y queden jugosas y tentadoras, envuélvelas en un trozo de papel de aluminio. Hazlo separadas, una a una en un pedazo de papel de aluminio diferente. Ponlas sobre una bandeja y hornéalas por 20 minutos. Al sacarlas del horno, déjalas reposar por unos 5 minutos antes de retirarlas del papel de aluminio y luego sírvelas. Quedarás enamorado para siempre.