Al solo nombrar algodón de azúcar, vienen a la mente los más tiernos momentos de la niñez, el aroma a caramelo, las ferias infantiles, globos y magia. Hay definitivamente una atmosfera muy dulce que envuelve a estos algodones que han acompañado a generaciones.
Cuando se piensa en la posibilidad de hacerlos de manera casera, lo primero que nos hace detenernos es el hecho de no tener la máquina para prepararlos tal como los recordamos. No obstante, claro que hay una manera en la que los puedes hacer y disfrutar y ya te la voy a contar.
1Cómo nació el algodón de azúcar
El algodón de azúcar es una invención italiana surgida en el siglo XV. Para esa época, los cocineros calentaban el azúcar y con su caramelo formaban delicados hilos que servían para decorar los más delicados postres.
Con el paso del tiempo, los empresarios estadounidenses: John Wharton y William Morrison, inventaron una máquina que facilitaba la obtención de estos hilos de caramelo con menos esfuerzo. Su invento se dio a conocer en 1900, durante la presentación de la Feria Mundial de Francia, y a estos hilos dulces se les presentó como Fairy Floss o en español: Seda de Hadas.
Ya para 1905, nacería la máquina para fabricar este dulce delicado de la mano de Albert Robinson, quien patentó su máquina giratoria bajo el nombre de algodón de azúcar, dejando atrás a la Seda de Hadas. Esta se popularizó rápidamente en Estados Unidos y comenzó a ser el centro de atracción de las ferias y parques.
