Isabel García, Adriana Casillas, Carolina Valencia o Montserrat Gallego no son unos nombres sin más. Detrás de ellas se esconden historias de superación, mujeres que han logrado derribar prejuicios para ser líderes en su campo y que animan a otras a seguir su ejemplo, siempre con una premisa clara: dejar atrás prejuicios para demostrar lo que son capaces de hacer.
Isabel García es directora general de Free Now España. Durante toda su vida profesional se ha especializado en el ámbito tecnológico y, desde el pasado noviembre de 2021, ha cogido las riendas de la compañía, convirtiéndose en la primera mujer que lidera una compañía de movilidad en España y liderando la estrategia de igualdad y diversidad de la misma.
«Uno de los principales obstáculos a sortear han sido los sesgos que, si no los detectamos y los contrarrestamos, pueden influir y marcar muchas de las decisiones que tomamos. Por eso es importante conocer esos sesgos, estar atentas para detectarlos y evitarlos o corregirlo», indica al ser preguntada al respecto.
También recuerda que «ha habido momentos» en los que ha sido «la única mujer dentro del Comité de Dirección de la empresa» aunque en este campo ve una «evolución muy positiva» ya «que actualmente, hay más diversidad y más mujeres en los comités de dirección», además de mencionar «los prejuicios sobre la maternidad».
«Existe una mentalidad en el mundo laboral sobre que tu compromiso con el trabajo, tus ganas de afrontar nuevos retos y de seguir creciendo profesionalmente desaparecen por arte de magia con la maternidad», lamenta Isabel que defiende que, desde que comenzó a trabajar, una de sus prioridades «ha sido tener un equilibrio sano entre trabajo y vida privada».
«Siempre he valorado mi tiempo y he puesto límites a las horas de trabajo, pero, a la vez, he estado comprometida con mi trabajo, entregando resultados de calidad y en tiempo», relata, apostando por la co-responsabilidad en la familia y «a pedir ayuda y a tener una red de seguridad a la que poder recurrir en caso de imprevistos».
«También es muy importante el cuidado de ti misma, el encontrar tiempo para ti, más allá de trabajo y familia, porque aunque llegamos a todo lo que nos propongamos, no somos máquinas y tenemos que encontrar tiempo que dedicarnos a nosotras mismas igual que lo encontramos para el resto», argumenta.
Por todo ello, anima a todas las mujeres a dejar «atrás los prejuicios, identificar sesgos y corregirlos, para entrar con decisión en el ámbito de las profesiones STEM». «No descartemos las carreras y profesiones STEM a la ligera, ayudemos a nuestras niñas a creer en sí mismas y en sus capacidades STEM, inculquemos a las jóvenes la importancia de la tecnología y la necesidad de que las mujeres tengan presencia significativa en ese sector…», apostilla.
Uno de estos ejemplos podría ser el de Adriana Casillas, CEO de Tebrio, una biotecnológica española referente a nivel europeo en la cría y transformación del insecto Tenebrio Molitor (gusano de la harina) para diversos usos que, el pasado mes de junio, fue declarado por la Unión Europea como apto y saludable para su inclusión en la alimentación humana.
Adriana ha sido nombrada primera mujer española presidenta de la IPIFF, la Plataforma Internacional de Insectos para Alimentos Animal y Humana. «Si he de ser sincera, nunca he tenido problemas por ser mujer en mi ámbito laboral. Quizá se debe a que he creado mi propia empresa, con un gran potencial debido a las necesidades que el mercado tiene, y que además está relacionada con la biotecnología, en la que las mujeres han estado siempre muy presentes. Me he encontrado problemas por serjoven, eso sí, porque a priori se tiende a pensar que los jóvenes tienen poca experiencia o que no están preparados para asumir ciertas responsabilidades. Pero nunca por ser mujer», afima.
«Actualmente estudian tantas o más mujeres que hombres. Lo que quiere decir que estamos suficientemente preparadas. Y en el ámbito de la empresa, o al menos de aquellas con las que yo tengo contacto, si estás preparado o preparada tendrás tu recompensa. Creo que la mejor manera de luchar contra las desigualdades de género, que no digo que no las haya, es que las mujeres confiemos un poco más en nosotras mismas, porque quizá a veces no lo hacemos. Que nos quitemos el estigma cultural y demostremos todo lo que somos capaces de hacer», defiende.
«Dirijo una compañía y soy madre. Y además presido IPIFF, la asociación internacional de productores de insectos. Así que a menudo me gustaría que los días fueran más largos. Pero es lo que he escogido. Y no soy la única directiva en el sector», subraya, al tiempo que precisa que Tebrio cuenta con «una plantilla igualitaria, hay tantos hombres como mujeres».
Por todo ello, anima a otras mujeres a «atraverse». «Les diría que van a tener las mismas posibilidades que tiene un hombre. Y que no es sano pensar que por ser mujer nos van a rechazar o a dar un empleo. Lo primero sería ilegal y lo segundo, denigrante. Cada uno tiene sus capacidades y debe trabajarlas para sacar el máximo rendimiento. El reto a veces está en vencer nuestros propios complejos, que afortunadamente cada vez son menos», apostilla.
APRENDER A DELEGAR
La perseverancia también define a Carolina Valencia, CEO y Cofounder de Cement Design, una empresa especializada en los revestimientos decorativos ecológicos. «Cement Design es un proyecto familiar, creado por mi marido y por mí, que despegó en un momento económico complicado, en 2008. Veníamos de trabajar en una promotora focalizada en construcción y decidimos centrarnos en este proyecto, presentando un producto novedoso y desconocido en aquel momento. El comienzo no fue fácil, pero el apoyo y la confianza en el rol que desempeña cada uno ha sido fundamental».
Sin embargo, precisa que cuando su negocio despegó, nacieron sus hijas (son gemelas) de forma prematura. «Por ello, los cuatro primeros años requirieron mucha constancia y dedicación para poder crear el balance entre ser empresaria y dedicarme a mis hijas. Me considero una persona muy familiar y para mí ser madre es igual de importante que tener mi empresa. Un consejo que siempre doy a las mujeres emprendedoras es que den el valor que merece el poder pasar tiempo con su familia», añade.
«La clave para conseguirlo, en mi caso, ha sido tener claros mis objetivos y aprender a delegar. Es algo que cuesta, pero confiar en tu equipo es la clave para poder cuidar también tu vida personal y familiar. Hoy en día, las herramientas digitales que disponemos nos han ayudado enormemente en nuestras funciones. Apostar por la digitalización nos ha ayudado enormemente, incluso antes del COVID-19, para poder mantenernos operativos y poder pasar tiempo en familia», señala.
Montserrat Gallego es presidenta del Triángulo de la Moda (la asociación del colectivo de mayoristas de moda y accesorios de la zona de Tirso de Molina, en Madrid) y empresaria del sector textil. Con más de 20 años de experiencia en la industria, a los 24 años creó su propia marca, K-Kou, y montó su fábrica textil en la capital. Su firma se caracteriza por una producción 100% española.
«En cuanto a si ha sido difícil llegar a donde estoy ahora, sí. Cuando pones en marcha tu propio negocio, conseguir los recursos necesarios no siempre es fácil. Respecto a las diferencias de género, aunque la moda puede parecer que es un mundo más femenino, aún hoy hay muy pocas mujeres dirigiendo empresas textiles. A nivel personal, en mi caso, no me he encontrado con grandes obstáculos ni he tenido que sacrificar mi vida personal para alcanzar un puesto de responsabilidad. ¿Cuál ha podido ser la clave? La constancia y el aguante. Llegar a donde estoy ahora mismo no ha sido fácil, pero sin duda, ha merecido la pena», concluye.