La NASA ha comenzado el ensamblaje de la nave espacial Clipper, una misión destinada a la órbita de la luna helada Europa de Júpiter, cuyo lanzamiento está previsto en 2024.
Clipper será tan grande como un vehículo tipo SUV con paneles solares lo suficientemente largos como para abarcar una cancha de baloncesto, que suministrarán energía solar para impulsar la nave espacial durante su viaje.
Antes de fin de año, se espera que la mayor parte del hardware de vuelo, incluido un conjunto de nueve instrumentos científicos, esté completo.
El cuerpo principal de la nave espacial es un módulo de propulsión gigante de 3 metros de altura, diseñado y construido por el Laboratorio de Física Aplicada (APL) de la universidad Johns Hopkins, con la ayuda del Centro de Vuelo Espacial Goddard de la NASA. El módulo, equipado con electrónica, radios, cableado y el subsistema de propulsión, se enviará al JPL esta primavera. La antena de alta ganancia de 3 metros de ancho de Clipper también llegará pronto al laboratorio.
«Estamos pasando a la fase en la que vemos que todas las piezas se unen como un sistema de vuelo», dijo en un comunicado el director de proyecto de la misión, Jan Chodas, de JPL. «Será muy emocionante ver el hardware, el software de vuelo y los instrumentos integrados y probados. Para mí, es el siguiente nivel de descubrimiento. Aprenderemos cómo funcionará realmente el sistema que diseñamos».
Europa, que según creen los científicos alberga un océano interno con el doble de agua que los océanos de la Tierra combinados, puede tener actualmente las condiciones adecuadas para albergar vida. Clipper orbitará Júpiter y realizará múltiples sobrevuelos cercanos a Europa para recopilar datos sobre la atmósfera, la superficie y el interior de la luna. Su carga útil sofisticada investigará todo, desde la profundidad y la salinidad del océano hasta el grosor de la corteza de hielo y las características de las columnas potenciales que pueden estar expulsando agua del subsuelo al espacio.
El primer instrumento científico que se completó fue entregado al JPL la semana pasada por un equipo del Southwest Research Institute en San Antonio, Texas. El espectrógrafo ultravioleta, llamado Europa-UVS, buscará señales de penachos sobre la superficie de Europa. El instrumento recolecta luz ultravioleta, luego separa las longitudes de onda de esa luz para ayudar a determinar la composición de la superficie de la luna y los gases en la atmósfera.
A medida que cada instrumento llegue al JPL, se integrará con la nave espacial y se volverá a probar. Los ingenieros deben asegurarse de que los instrumentos puedan comunicarse con la computadora de vuelo, el software de la nave espacial y el subsistema de energía.
Una vez que todos los componentes se hayan integrado para formar el gran sistema de vuelo, Clipper se trasladará a la enorme cámara de vacío térmico del JPL para realizar pruebas que simulan el duro entorno del espacio profundo. También se realizarán intensas pruebas de vibración para garantizar quela nave pueda soportar los ajetreos del lanzamiento. Luego se llevará a Cabo Cañaveral para un lanzamiento previsto en octubre de 2024.