La jueza explora a las menores víctimas de la red de prostitución infantil que cayó en la ‘Operación Sana’

La jueza de Instrucción número 8 de Madrid comenzará este viernes a explorar a las menores víctimas de la red de prostitución infantil desarticulada el pasado mes de enero en la capital con la detención de más de una treintena de personas, entre ellos varios miembros de la banda latina de los Dominican Dont Play (DDP).

La instrucción tomará un impulso con la exploración de las víctimas, cuya declaración quedará recogida como prueba preconstituida de cara al futuro juicio. Al menos cinco de las niñas estaban tuteladas por la Comunidad de Madrid.

Esta viernes está previsto que testifique una de las chicas, de 14 años y menor tulelada, y el día 11, otra. La menor que será explorada hoy era presunta víctima de abusos sexuales por parte de su padre, quien ofrecía sus servicios sexuales a terceros a cambio de droga, según consta en el sumario.

Esta joven fue encerrada a instancias de uno de los líderes de la trama, apodado ‘El Kalifa’, varios días en la casa de la que se conoce como ‘La Negra’ hasta que fue rescatada. ‘La Negra’ es una de las pocas españolas detenidas en la ‘Operación Sana’.

Además, se ha fijado para el lunes una rueda de reconocimiento, diligencia que fue suspendida hace unas semanas por falta de falsos sospechosos parecidos a los detenidos.

La trama de prostitución destapada en el marco de la ‘Operación Sana’ se saldó con 33 detenidos, ingresando ocho de ellos en prisión preventiva. Entre los arrestados figura el rapero Saymol Fyly, un conocido ‘youtuber’ que presuntamente captaba a las menores utilizando su música.

El rapero junto con otros miembros de la trama sexual, algunos de bandas latinas, las enganchaban al consumo de cocaína base para «venderlas a toxicómanos» en narcopisos y chabolas. La red operaba en el sur de la capital, en Vallecas, San Cristóbal y Villaverde.

El fiscal del caso solicitó hace unas semanas a la jueza que las víctimas de esta mafia declaren como prueba preconstituida con la finalidad de que su testimonio sea válido para el futuro juicio que se celebre.

La jueza ha interrogado por ahora solo a los detenidos. En el caso de la exploración de las menores, la ley permite que su testimonio quede recogido como prueba antes de la apertura de juicio oral para evitar lo que se conoce en el argot judicial como ‘doble victimización’.

En cuanto a las ruedas, esta diligencia consiste en un reconocimiento visual por parte del testigo y se realiza a través de un cristal unidireccional con cinco o seis ciudadanos parecidos, entre los cuales se coloca a un sospechoso. Si el testigo no le reconoce, sus posibilidades de salir absuelto aumentarán bastante.

ABUSOS SEXUALES

Según los investigadores, al menos diez menores habrían sufrido los abusos sexuales de esta red de prostitución infantil que operaba en Madrid, principalmente en el barrio de San Cristóbal de los Ángeles, en Villaverde.

Las chicas comparten lo que se conoce como el síndrome de las ‘cadenas invisibles’, propio de la explotación sexual de mujeres que consiste en la necesidad de permanecer junto a sus verdugos pese a no tener un impedimento físico que les impida romper con ese camino.

La edad de las víctimas, entre 13 y 18 años, y el hecho de pertenecer a familias desestructuradas refuerza esta dependencia, esta especia de ‘síndrome de Estocolmo’ común a todas ellas independiente de fugarse de su casa o de centros de menores (5 de ellas).

El sumario de la causa expone cómo las chicas eran enganchadas a la droga, principalmente al consumo de cocaína base, para después ser obligadas a prostituirse. Muchas se escapaban de los centros de menores y regresan con enfermedades de transmisión sexual.

«Todo ello sumado a la situación de falta de higiene, sueño y alimentación, con todo lo que ello conlleva«, señalan las actuaciones judiciales.

Las jóvenes sienten «un miedo atroz» a muchos de los arrestados, entre ellos algunos miembros de la banda latina de los Dominican Don’t Play y motivo por el que todas las víctimas están acogidas a programa de Testigos Protegidos.

«El terror generalizado por las circunstancias expuestas, unido al hecho de que los varones detenidos se mueven por el entorno de las bandas latinas, muchos de ellos con antecedentes violentos a sus espaldas, genera esas ‘cadenas invisibles’ que mantienen a las víctimas cercanas a las investigados«, recogen las diligencias.