Guardias civiles sobre el salto de migrantes en Melilla: «La frontera está desprotegida e Interior mira para otro lado»

Varias asociaciones profesionales de la Guardia Civil han censurado la gestión del Gobierno, al que demandan más medios y acusan de «mirar para otro lado», para impedir la llegada de migrantes como ha ocurrido este miércoles en Melilla con el intento de saltar la valla fronteriza de 2.500 personas, lográndolo casi 500 de ellos.

«La frontera sur de Europa continúa desprotegida para controlar la invasión de subsaharianos», ha asegurado en un comunicado JUCIL, la asociación mayoritaria de la Guardia Civil, que ha apuntado directamente a la gestión del ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska.

«Sigue sin atender a sus tareas y la Administración mira hacia otro lado, como se ha podido comprobar esta noche», ha señalado al valorar el acceso de 491 subsaharianos a Melilla en un intento de salto masivo, con 2.500 personas implicadas, el más numeroso de la historia de la ciudad autónoma, según ha destacado la Delegación del Gobierno.

Esta última entrada ha dejado 20 migrantes y 16 agentes de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad heridos con pronóstico leve –también fueron desplegados agentes de la Policía Nacional y la Local–. La Delegación del Gobierno ha señalado que la «gran violencia» de los subsaharianos ha logrado, del otro lado de la frontera, «rebasar a las fuerzas de seguridad marroquíes que trataban de impedir su llegada al vallado».

FALTA DE MEDIOS

JUCIL ha denunciado la falta de medios humanos y materiales en una noche de «continuas escaramuzas e intentos de saltar la valla por diferentes lugares». Denuncian que durante la noche estaban activados la policía marroquí y la Agrupación Rural de Seguridad (ARS) de la Guardia Civil, si bien al amanecer estos últimos fueron sustituidos por otros unidades de seguridad ciudadana que ya no consiguieron «repeler el asalto más contundente».

El salto se llevó a cabo entre el barrio chino y el cementerio musulmán, en una zona «menos protegida», en lo que también ha contribuido que ya no estaban desplegadas las unidades «especializadas en la contención de disturbios», según ha precisado Agustín Leal, portavoz de JUCIL.

AUGC, otra de las asociaciones profesionales, también ha denunciado la «agresividad» con la que actúan los migrantes que intentan cruzar el perímetro fronterizo, deseando una pronta recuperación a los agentes heridos debido al uso de garfios, palos Y tornillería en los zapatos por parte de los migrantes, que también lanzaron piedras a los policías.

VALLADO CON PEINE INVERTIDO

«Melilla es la sexta autonomía que disponía de menos agentes el pasado año», ha comentado AUGC, que también se refiere a los cambios en el vallado con la retirada de las concertinas, según la promesa de Grande-Marlaska al llegar a Interior. «Insistimos en la necesidad de que toda la zona disponga de un vallado con peine invertido», apuntan, añadiendo que es «menos lesivo» y a la vez resulta más «eficaz».

Otra de las reclamaciones ante los «ataques premeditados» es que los agentes dispongan de vehículos con plataformas elevadoras, de forma que puedan acceder a la parte alta de la valla donde en muchas ocasiones se encaraman los migrantes hasta lograr acceder al lado español.

Entre las asociaciones que ha reaccionado a la entrada de Melilla está también AEGC, que se ha sumado a la reclamación para una «ampliación efectiva de la plantilla» de guardias civiles en esta ciudad autónoma. Denuncia que uno de los agentes heridos –30, según sus cálculos– tenía el casco protector roto y ha tenido que ser trasladado al hospital.

«Los asaltos a la frontera ya no se hacen sin premeditación», han indicado desde AEGC, que alerta del uso de garfios, palos y el lanzamiento de piedras. Por este motivo, demanda que se distribuya en la frontera más material antidisturbio. «Está en manos de los responsables políticos dejar de improvisar y, de una vez por todas, proteger a sus servidores públicos antes de que tengamos que lamentar pérdidas humanas», ha concluido.