El Institut de Ciències del Mar (ICM-CSIC) y la Universitat de Barcelona (UB) han detectado en un estudio que la presencia de plásticos en el mar podría contribuir a la introducción y al transporte de especies no autóctonas que se adhieren a estas partículas de origen antropogénico.
La revista ‘Marine Pollution Bulletin’ ha publicado los resultados del estudio en el que el equipo científico ha identificado diversas especies enganchadas a residuos plásticos hallados tanto en muestras de agua como en el fondo marino y en las playas de la costa catalana, ha informado el ICM en un comunicado este miércoles.
En concreto, los briozoos –un grupo de invertebrados acuáticos generalmente de pequeño tamaño– ha sido el grupo más diverso, con un total de 15 especies identificadas, una de las cuales no es autóctona, aunque anteriormente sí que se había detectado en otros sectores del Mediterráneo, la ‘Arbopercula tenella’.
Para la experta en briozoos del ICM-CSIC y una de las autoras del trabajo Blanca Figuerola es «importante» llevar a cabo un seguimiento constante para poder confirmar el establecimiento de esta y otras especies no autóctonas en hábitats naturales o artificiales de la costa catalana.
Esto se debe a que en un futuro podrían convertirse en invasoras y, en consecuencia, contribuir a la reducción de la biodiversidad natural, lo que hace que los ecosistemas «sean menos resilientes a los cambios», ha explicado Figuerola.
Así, el estudio «pone de manifiesto» que los plásticos pueden actuar como vectores de dispersión, ya que proporcionan sustratos susceptibles de ser utilizados como hábitat por una gran variedad de especies marinas y, por tanto, pueden acabar alterando los ecosistemas marinos.