Este santo tuvo un origen italiano que lamentablemente falleció antes de haber cumplido los veinticinco años de edad, producto de la tuberculosis. Fue formado en la Congregación de la Pasión, pero por causa de la tuberculosis padecida, no tuvo todo el tiempo que hubiera deseado para dedicarle su vida a la fe.
San Gabriel de la Dolorosa
Según los datos que se conservan, nació en Asís, que es hoy un municipio de la región de Umbría en Italia, 1 de marzo de 1838, fue hijo del gobernador Santos Posenti y de Inés Frisciotti. Su nombre real era Francisco y fue el décimo hijo de una familia de los trece hermanos que fueron en total. Inés fue quien le transmitió una gran devoción por la Virgen, porque ella la sintió siempre y le educó en la fe con actos tan hermosos y sencillos como el de que rezaran juntos cada noche o mantener la esperanza hacia Dios, aunque se tratara de tiempos y de momentos que fueran muy difíciles. Quedó huérfano de madre a una edad muy tierna. No obstante, creció en un hogar en el que la religión católica estuvo muy arraigada.
Tuvo una educación colegial absolutamente apegada al cristianismo, ya que fue educado en una institución regentada por los hermanos de la Compañía de Jesús y luego en una institución regida por los Hermanos Cristianos. Al momento en el que le correspondía comenzar los estudios en la universidad, enfermó de gravedad, lo que le hizo prometer que, desde el mismo instante en que se curara, se dedicaría con exclusividad a la vocación religiosa.
Sin embargo, cuando logra recuperarse de su enfermedad, olvida su promesa y vuelve a la vida mundana que llevaba antes de enfermarse. Pero cuando regresa a esa vida, San Gabriel de la Dolorosa comienza a experimentar cómo su salud va declinando lentamente, probablemente por causa de volver a los mismos hábitos que tenía antes, y luego de varias crisis de su dolencia, toma la resolución de ingresar a una comunidad de religiosos de modo que pudiera reconducir su vida.
Pero la verdadera conversión tuvo lugar cuando fallece una hermana suya, luego de lo cual comienza con mayor seriedad su formación religiosa, escogiendo adoptar el nombre de Gabriel de la Dolorosa, cuando ingresó a una muy estricta comunidad religiosa, en la que se hace ayuno todos los días, en la que alimentarse no es una de las primeras necesidades que deben satisfacerse. San Gabriel siguió con actitud estricta todas las reglas por las que se regían sus maestros, pero le llegó el momento de convertirse al sacerdocio de manera definitiva, se enferma de tuberculosis y nuevamente se enferma de manera grave.
Como hemos dicho antes, San Gabriel de la Dolorosa falleció sin haber cumplido aún los veinticinco años de edad, de modo que tuvo una vida muy breve, pero el 27 de febrero también recordamos a otros santos y beatos cuya vida y obras contribuyeron a la difusión de la fe cristiana, entre los cuales están San Baldomero, San Basilio, monje, San Besa, San Euno de Alejandría, San Hipólito de Jura, San Julián de Alejandría, San Lucas de Mesina, San Procopio Decapolita, Santa Honorina, Santos Ana Line y compañeros, Beata Francisca Ana Cirer Carbonell, Beata María Brader, Beata María de Jesús Deluil Martiny y Beato Guillermo Richardson.