Lo más habitual para empezar el día es pensar que hay que desayunar abundantemente. Si es posible, añade café, zumo de naranja y toppings: croissants, tostadas, cereales… al gusto. En las terrazas de Madrid, uno de los más preciados son los churros, el jugo de naranja y el café.
Como elementos imprescindibles de la gastronomía capitalina, han entrado incluso en nuestras costumbres: ¿quién no da la bienvenida al Año Nuevo con un rico plato de churros y chocolate? Sin embargo, el hecho de que sea popular no significa que sea bueno.
9Reduce la niebla cerebral
El cerebro necesita combustible para funcionar. El desayuno puede ayudarte a estar más alerta, concentrado y feliz. (Eso sí, no te pases con el café, que puede provocar un bajón al final del día).
Es especialmente importante que los niños alimenten su mente con el desayuno. Los estudios demuestran que los niños que comen por la mañana son más capaces de prestar atención en la escuela, lo que se traduce en un mejor rendimiento académico.