Lo más habitual para empezar el día es pensar que hay que desayunar abundantemente. Si es posible, añade café, zumo de naranja y toppings: croissants, tostadas, cereales… al gusto. En las terrazas de Madrid, uno de los más preciados son los churros, el jugo de naranja y el café.
Como elementos imprescindibles de la gastronomía capitalina, han entrado incluso en nuestras costumbres: ¿quién no da la bienvenida al Año Nuevo con un rico plato de churros y chocolate? Sin embargo, el hecho de que sea popular no significa que sea bueno.
8Reduce el riesgo de diabetes
Un estudio observacional descubrió que las personas que se saltaban el desayuno de cuatro a cinco días a la semana tenían un riesgo hasta un 55% mayor de padecer diabetes de tipo 2. Sin embargo, hay que tener cuidado con lo que se pone en el plato o cuenco del desayuno. Los cereales azucarados o los alimentos tradicionales del desayuno, como los donuts, las magdalenas, los gofres, las tortitas y los panecillos, pueden tener un alto contenido en azúcar, almidón o grasa.