Lo más habitual para empezar el día es pensar que hay que desayunar abundantemente. Si es posible, añade café, zumo de naranja y toppings: croissants, tostadas, cereales… al gusto. En las terrazas de Madrid, uno de los más preciados son los churros, el jugo de naranja y el café.
Como elementos imprescindibles de la gastronomía capitalina, han entrado incluso en nuestras costumbres: ¿quién no da la bienvenida al Año Nuevo con un rico plato de churros y chocolate? Sin embargo, el hecho de que sea popular no significa que sea bueno.
2El jugo de naranja y el peligro del azúcar en las mañanas
Lo mejor es eliminar los productos de harina refinada de nuestra dieta, o al menos evitarlos en la medida de lo posible. Sin embargo, no está de más pensar en este clásico desayuno como churros, ya que el zumo y el café también tienen sus especialidades.
El zumo de naranja es una de las bebidas de desayuno más populares. También hay muchas leyendas a su alrededor, piensa en cuántas veces has escuchado: come rápido, las vitaminas se acabarán. Bueno, en realidad ni rápido ni lento. Mejor no beberlo. La razón es la cantidad de azúcar que contiene.
Se trata principalmente de fructosa, que, si se consume en grandes cantidades, puede interferir en la función hepática y promover la propagación de diversos problemas de salud, como la obesidad, la diabetes tipo 2 o la esteatosis diabética. Además, el consumo regular de bebidas azucaradas, incluidos los jugos de frutas, se asocia con una mayor probabilidad de cáncer, según un estudio publicado en la revista BMJ.
En defensa del café, el sentido común no debe satanizarlo. De hecho, su bebida se ha relacionado con beneficios para la salud, ya que puede ofrecer cierta protección contra la enfermedad de Parkinson y la enfermedad hepática. Su principal problema, sin embargo, es que altas cantidades de cafeína pueden aumentar la presión arterial además de causar más insomnio.