El médico griego Hipócrates (ca. 460-370 a. C.) ya lo sabía hace 2500 años: «Si pudiéramos dar a cada individuo la cantidad adecuada de comida y ejercicio, habríamos encontrado la forma más segura de recuperación«. Relación del ejercicio con los pacientes de cáncer, se ha vuelto cada vez más clara en los últimos años.
Los efectos del ejercicio en pacientes con cáncer han sido recientemente el foco de más estudios clínicos. Se ha demostrado que la actividad física puede reducir considerablemente los efectos secundarios de la quimioterapia o la terapia antihormonal.
¿Es cierto que el ejercicio puede prevenir el cáncer?
Además, aumenta el rendimiento y se fortalece la confianza en uno mismo, lo que puede mejorar enormemente la calidad de vida. Pero no solo eso: la actividad física también tiene una influencia directa en el desarrollo del cáncer, el curso del cáncer y el riesgo de recurrencia. Contribuye así a la prevención del cáncer en prevención primaria, secundaria y terciaria. El ejercicio también puede mejorar la calidad de vida durante la enfermedad.
Huye del cáncer
Si haces ejercicio regularmente, estás previniendo el cáncer. Estudios han revelado que las personas físicamente activas pueden reducir su riesgo de desarrollar cáncer en un promedio de 20 a 30 por ciento.
Tipos de cáncer que pueden minimizarse con ayuda del ejercicio
Los pacientes que han estado inactivos hasta ahora también pueden beneficiarse de un cambio en su estilo de vida: se ha demostrado que la actividad física después de un tumor reduce el riesgo de recurrencia y aumenta la probabilidad de una curación permanente.
Dependiendo del tipo de tumor, este efecto puede tener el mismo efecto beneficioso que la quimioterapia o la terapia antihormonal. Esto ha sido particularmente bien investigado para el cáncer de mama, colon y próstata.
Estudios que avalan esta teoría
Por ejemplo, un estudio actual de EE. UU. demuestra la necesidad del deporte en pacientes con cáncer de mama. Examinó hasta qué punto caminar o trotar afecta la tasa de supervivencia de las mujeres con cáncer de mama.
El estudio muestra que la intensidad de la actividad física está relacionada con la supervivencia. Está particularmente claro que trotar en particular reduce la mortalidad por cáncer de mama. Los estudios también han demostrado efectos positivos para la leucemia y otros pacientes con cáncer.
Otro estudio de EE. UU. también demuestra la necesidad de ejercicio en pacientes con cáncer de mama. Examinó hasta qué punto caminar o trotar afecta la tasa de supervivencia de las mujeres con cáncer de mama.
El estudio muestra que la intensidad de la actividad física influye en la tasa de supervivencia. Está particularmente claro que trotar en particular reduce la mortalidad por cáncer de mama.
Un estudio canadiense de 2017 examinó el efecto del ejercicio sobre los efectos secundarios de la quimioterapia en pacientes con cáncer de mama. Para hacer esto, las pacientes con cáncer de mama en etapa I-III tuvieron que completar una sesión de ejercicio de 30 minutos 24 horas antes de la quimioterapia.
El resultado
Frecuencia cardíaca en reposo y valores de presión arterial significativamente mejorados. Además, se registraron otros efectos positivos como estados de ánimo menos depresivos y la reducción del dolor de espalda. Sin embargo, dicho entrenamiento primero debe aclararse con el médico, porque no todos los pacientes están en la condición física adecuada.
Efectos secundarios físicos positivos del deporte
Otros efectos secundarios físicos positivos del ejercicio son la potenciación del sistema cardiovascular, la promoción de la movilidad, un cambio en la composición corporal y la reducción asociada de la obesidad y la mejora de la memoria.
También están sucediendo muchas cosas emocionalmente, porque los atletas perciben sus cuerpos de manera diferente, son más capaces de lidiar con el miedo y el estrés, duermen mejor y, en general, se sienten más positivos y fuertes.
¿Por qué el ejercicio es efectivo contra el cáncer?
Los mecanismos biológicos que explican por qué el ejercicio tiene un impacto directo sobre el cáncer aún se desconocen en gran medida. Esto también tiene que ver con el hecho de que el crecimiento de los tumores depende de procesos muy complejos.
Sin embargo, dado que la actividad física estimula casi todos los sistemas de órganos y también afecta al cerebro, esto también tiene un efecto sobre los factores que subyacen al desarrollo del cáncer.
Promueve la circulación sanguínea
Esto promueve la circulación sanguínea en todo el cuerpo, lo que a su vez dificulta la supervivencia de las células cancerosas. El crecimiento de las células cancerosas también depende de los productos de descomposición de la glucosa, que se consumen cada vez más durante la actividad física.
Pone en marcha el equilibrio energético
El ejercicio pone en marcha el equilibrio energético y ayuda a mantener un peso corporal saludable. También tiene efectos positivos sobre la psique, que también afecta el estado general y el sistema inmunológico.
Otros posibles efectos específicos del tumor son la influencia sobre las hormonas sexuales, los efectos antioxidantes o una mejora en los mecanismos de reparación del ADN, así como la reducción de la insulina y las sustancias mensajeras endógenas (p. ej., IGF, interleucina, TNF).
También existen otros mecanismos que son cruciales para ciertos tipos de cáncer
Al estimular el metabolismo, por ejemplo, se acorta el tiempo de contacto de posibles sustancias cancerígenas en el estómago y los intestinos.
En las mujeres con cáncer de mama que crece de manera dependiente de las hormonas, el ejercicio reduce el nivel de estrógeno en la sangre y los tejidos, al igual que la terapia con medicamentos antihormonales.
El estilo de vida más saludable asociado con el deporte tampoco debe subestimarse: quienes practican deporte a menudo evitan automáticamente el consumo excesivo de alcohol o nicotina.
La percepción del propio cuerpo también cambia y se vuelve más consciente, por lo que los cambios en la condición de uno se notan más a menudo en una etapa más temprana del cáncer y, por lo tanto, permiten un inicio más temprano de la terapia.
Un ejemplo es la caquexia, la pérdida de peso en los primeros seis meses del cáncer. Si conoce el estado de su propio rendimiento de resistencia, los síntomas se pueden reconocer en una etapa temprana.