Los sentimientos de ansiedad son un problema omnipresente en el acelerado entorno laboral actual: en encuestas recientes, el 41% de los trabajadores declaran tener «niveles elevados» de tensión en el lugar de trabajo, y los estudios demuestran que hasta el 80% se siente «estresado». De hecho, la mitad de las enfermeras se han planteado dejar la profesión durante la pandemia.
Los altos niveles de ansiedad no sólo son costosos para las organizaciones, sino que también se ha comprobado que tienen efectos negativos en el comportamiento ético, la eficacia organizativa y el éxito económico. La ansiedad también es problemática para los empleados, ya que contribuye a la insatisfacción laboral y tiene consecuencias perjudiciales para el rendimiento en el trabajo. Ciertamente se ha tenido que reconocer la existencia del síndrome del profesional ‘quemado’.
¿Cómo afecta exactamente el agotamiento emocional al rendimiento laboral?
La investigación en este campo se ha basado en gran medida en las teorías de la «interferencia cognitiva», que examinan los pensamientos no deseados y a menudo perturbadores que a veces se inmiscuyen en la mente de un individuo y, posteriormente, interfieren en su comportamiento. Aunque estamos de acuerdo en que la interferencia cognitiva es un aspecto clave de la dinámica ansiedad-rendimiento, también creemos que hay algo más.
Agotamiento emocional: un indicador de agotamiento
El mundo moderno funciona de tal manera que todos nos enfrentamos a un torrente de factores de estrés a lo largo del día, en el trabajo y fuera de él. Por desgracia, esto significa que algunos de nosotros vivimos en un estado constante de estrés, que puede conducir al agotamiento emocional, mental y físico. El agotamiento emocional es uno de los más invisibles e insidiosos de los tres estados de agotamiento, y se considera uno de los principales indicadores de un inminente agotamiento.
El término «agotamiento emocional» describe un agotamiento abrumador de la capacidad emocional de una persona, generalmente debido al estrés del entorno laboral. ¿Se siente atrapado en su situación laboral actual? ¿Estas desmotivado y apático ante los proyectos en lo que estás trabajando? Es posible que estés lidiando con el agotamiento emocional.
El signo más revelador del agotamiento emocional es la creciente sensación de estar emocionalmente agotado debido al estrés constante, pero se manifiesta de otras maneras. Estos síntomas a menudo pueden parecer contradictorios. Por ejemplo, ¿cómo puedes sentirse cansado pero tener dificultades para dormir? ¿Cómo es posible que algo te haga enfadar cuando no te importa en primer lugar?
Los síntomas clave del agotamiento emocional
- Falta de motivación
- Dificultad para dormir
- Cansancio
- Irritabilidad
- Problemas de concentración
Aumento de la apatía o el cinismo
El agotamiento emocional va mermando poco a poco nuestra capacidad para hacer frente al estrés y genera notables efectos secundarios negativos si no se trata.
¿Cómo afrontar el agotamiento emocional?
El estrés siempre será un factor en nuestras vidas; siempre tendremos que lidiar con su presión. Por eso debemos encontrar mecanismos de afrontamiento sostenibles que nos ayuden a aliviar su presión y a evitar los peores síntomas. Por suerte, hay tácticas sencillas que puedes aplicar siempre que empieces a sentirte agotado mentalmente.
Duerme un poco: Nuestro cuerpo no está hecho para estar en un estado constante de estrés, y esta tensión continua puede tener un impacto negativo en nuestra recuperación nocturna. Tu cuerpo y tu cerebro se resetean cuando duermes.
- Suena muy obvio y fácil de hacer: meterse en la cama, arremangarse, dormirse durante ocho horas y despertarse. Pero rara vez nos metemos en la cama y nos dormimos. Hay proyectos, plazos, colegas, reuniones, correos electrónicos y responsabilidades familiares que parecen chocar y desordenar nuestras vidas. Si mejoras tus hábitos de sueño –dejar el teléfono antes de acostarte, no consumir cafeína por la noche-, mejorarás drásticamente tus posibilidades de hacer frente a los efectos emocionalmente agotadores del estrés.
Tómate un descanso: Al igual que el impulso positivo es difícil de crear, el impulso negativo es difícil de detener. Tomarse una pausa para recargar, relajarse y replantearse nuestros objetivos y nuestra relación con el trabajo puede ayudarnos a evitar que el agotamiento emocional se convierta en un auténtico agotamiento.
- Reconoce que estás sufriendo un agotamiento mental y emocional: El mero hecho de reconocerlo y de que hay efectos en tu cuerpo y en tu cerebro puede ser tu primer paso. Saber que estás abrumado te ayuda a enfrentarte a ello.
- Piensa específicamente en qué es lo que te abruma. ¿Es el trabajo? ¿La familia? ¿Los amigos? ¿Las finanzas? Sea lo que sea, intenta ser muy específico en lo que te está causando ese estrés repetido.
- Cuídate, come e hidrátate bien mientras duermes lo suficiente. Márcate un pequeño objetivo al que puedas aspirar. Ten el poder de decir «No» a las cosas que te van a estresar más.
- Desarrolla soluciones. Puede que pienses que lo que te preocupa no tiene solución, pero está bien que pidas ayuda a tus amigos y familiares. También está bien, e incluso se recomienda, buscar ayuda profesional para que te aconseje y asesore sobre cómo reducir el estrés y los factores estresantes.
4 pasos para sentirse mejor
Explore los primeros signos de agotamiento: Por lo general, lo primero que notamos son los síntomas del agotamiento emocional.
- Algunos de los síntomas que puedes notar son: A mayor irritabilidad, baja tolerancia a la frustración, patrones de pensamiento negativos, fatiga sin importar cuánto duermas, dolores de cabeza/del cuerpo frecuentes, sensación de desconexión de los apoyos y falta de deseo/sentimiento de insensibilidad.
Permítete hacer una pausa: Los descansos son necesarios y tomarlos puede ayudarnos a sentirnos preparados para el siguiente paso de identificar la fuente de nuestro agotamiento emocional. Una vez que identificamos la fuente, estamos más capacitados para obtener la perspectiva que necesitamos para dejar ir parte de ese estrés.
- Por ejemplo: Somos capaces de soltar las cosas de nuestra «lista mental de cosas por hacer» que no son tan urgentes como creemos que son. Ya sabes, esa cosa que tienes en mente y que quieres hacer en los próximos 6 meses.
Sé compasivo y amable contigo mismo: Considera tomar nota de cómo te hablas a ti mismo. Nuestras mentes tienen un diálogo interno que está constantemente en marcha. Fíjate si es más negativo que positivo y, si es así, practica el cambio de ese diálogo para que sea más positivo.
- Por ejemplo: Cambia intencionadamente la narrativa que te dice «Hoy he gritado demasiado a mis hijos» por «Algunos días son desafiantes y me estoy esforzando al máximo».
Busca apoyos: Conectar con la gente nos ayuda a sentirnos con los pies en la tierra y nos da perspectiva. Pide ayuda a tus amigos, a tu familia o considera la posibilidad de probar la terapia. Podemos dedicar tiempo a la terapia para explorar el origen del agotamiento, procesar los pensamientos y sentimientos e identificar estrategias de afrontamiento saludables que te ayuden a sentirte mejor.