Este santo llegó a ser diácono de su ciudad natal Pula, posteriormente, gracias al apoyo del Papa Vigilio y del emperador, San Maximiano llegó a ser electo Obispo de Rávena, en una ceremonia que se llevó a cabo en la ciudad de Patras, en Grecia, en el año 1462, siendo el vigésimo octavo en el cargo, al fallecer el Obispo anterior. Al momento de su elección tenía 40 años de edad.
San Maximiano de Rávena
El nombre de Maximiano tiene una raíz latina masculina, cuyo significado es grande y, de acuerdo con los datos del Instituto Nacional de Estadística español, tan sólo 717 caballeros han sido bautizados con este nombre en nuestro país.
Cuando San Maximiano de Rávena fue elegido Obispo de Rávena, los habitantes de esa región se resintieron de esa elección, debido a que su procedencia era humilde, de modo que para evitar ser víctima del hostigamiento de los feligreses, San Maximiano decidió vivir durante un tiempo alejado de esa ciudad. No obstante, está vinculado con la edificación de alginas iglesias en Rávena, entre las que se encuentran las iglesias dedicadas a San Apolinar y de San Vital.
Gracias a estas obras, San Maximiano comenzó a ganarse el afecto de su feligresía, paso a paso, además tuvo el honor de ser el primer Obispo en occidente que pudo ostentar el título de Arzobispo. Entre los muchos trabajos que nos dejó, estuvo la revisión de los libros de la liturgia, logrando que se enmendara el texto latino de la Sagrada Biblia conocido como la Vulgata, además encargó la realización de una enorme cantidad de manuscritos. Incluso se ha dicho que la edición leonina del misal o del rito eucarístico se encuentra basada en la edición que hizo San Maximiano.
Por múltiples razones, llegó a ser uno de los hombres más prominentes de su época, junto con el emperador y el Papa, debido a que Rávena era para aquel momento la capital del Imperio Romano, que ya se encontraba en sus etapas finales.
San Maximiano también se destacó por ser protector de las artes e hizo elaborar varias piezas excepcionales para las Iglesias que se encontraban bajo su patronazgo, entre las cuales se encontraba lo que hoy es la Catedral de Maximiano, en la cual dejó un trono o silla episcopal que tiene unas medidas de 1,50 mts de alto por 0,60 mts de ancho, cuya construcción original incluía 26 paneles tallados en marfil, que representan dos ciclos de narraciones distintos que son los 16 episodios que fueron dedicados a la vida de Jesús y los retratos de sus predecesores en el puesto, que fueron bordados con un fondo dorado.
Tuvo una enorme influencia en la forma en que se llevan a cabo los ritos eucarísticos que han podido llegar hasta nuestros días, con la confección de misal que todos conocemos y practicamos en misa, por lo que indudablemente es un gran prelado de la Iglesia Católica. San Maximiano falleció por causas naturales un 22 de febrero.
Pero el 22 de febrero no sólo es el onomástico de San Maximiano, sino que el día de hoy también celebramos a otros santos y beatos que resultaron ser una gran influencia para la cristiandad, de acuerdo con el Martiriólogo Romano, que son Santa Margarita de Cortona, San Papías, San Pascasio obispo, Santa Isabel de Francia y Beato Diego Carvahlo.