¿Alguna vez has tenido días en los que parece que nunca te sientes lleno? A veces es fácil culpar a la dieta. Tal vez no hayas comido lo suficiente en general o hayas comido muy pocas proteínas, grasas y fibra, por lo que tú estomago se siente vacío y debes aprender cómo luchar contra la sensación de hambre cuando estás a dieta. En otros casos, hay causas menos obvias para explicar por qué su hambre está fuera de control.
4No te alimentas adecuadamente
La razón más obvia de las persistentes punzadas de hambre es que necesitas comer. Los malos hábitos, como saltarse comidas, comer demasiado azúcar añadido y no preparar las comidas con carbohidratos, proteínas y grasas ricas en nutrientes, causan estragos en los niveles de azúcar en sangre. Todas estas cosas pueden hacer que te sientas incontroladamente hambriento y débil.
La solución: Da prioridad a la alimentación regular planificando comidas que se ajusten a tu horario diario. La vida es ajetreada, pero tener poco tiempo no es razón para sacrificar una buena nutrición.
Combina hidratos de carbono ricos en fibra (como los cereales integrales, las frutas, las verduras y las legumbres), proteínas (como el pollo, el pescado, los huevos, los frutos secos y los productos lácteos) y grasas «saludables» (como los frutos secos, las semillas, los aceites y el aguacate). Este tipo de alimentos nutritivos tardan más en digerirse y mantienen los niveles de azúcar en sangre estables, sin picos ni caídas, por lo que el hambre se mantiene a raya.