¿Alguna vez has tenido días en los que parece que nunca te sientes lleno? A veces es fácil culpar a la dieta. Tal vez no hayas comido lo suficiente en general o hayas comido muy pocas proteínas, grasas y fibra, por lo que tú estomago se siente vacío y debes aprender cómo luchar contra la sensación de hambre cuando estás a dieta. En otros casos, hay causas menos obvias para explicar por qué su hambre está fuera de control.
1Estás estresado
El cuerpo libera las hormonas epinefrina y cortisol en situaciones de estrés o peligro, lo que se conoce como la respuesta de lucha o huida. Esto tiene sus beneficios cuando lo necesitas en situaciones específicas, pero no cuando es constante. Durante el estrés continuado, los niveles de cortisol se mantienen elevados, lo que provoca un aumento del apetito y de los antojos de alimentos ricos en grasas, azúcares añadidos y calorías.
La solución: esfuérzate por controlar los factores de estrés diarios en tu vida mediante la meditación, la actividad física, los estiramientos y otras técnicas. En los días especialmente estresantes, intenta descansar lo suficiente y comer comidas equilibradas con carbohidratos nutritivos, proteínas y grasas para mantener el hambre a raya.
