Hoy Toledo está de fiesta, porque se celebra el onomástico de San Eladio de Toledo, quien en vida no sólo fue un santo varón, sino que llegó a ser el administrador de las finanzas del rey antes de que muriera y fuera sustituido, nada más y nada menos que, por Sal Ildefonso. De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística español, más de 7.440 caballeros han sido bautizados con este nombre, así que si conoces a un Eladio, no te olvides de felicitarlo.
San Eladio de Toledo
Cualquier español puede estar interesado en saber quién fue este conmemorado santo y cuáles fueron sus obras, y para satisfacer esa curiosidad, debemos decirles que San Eladio, también conocido como Heladio, fue uno de los prelados que impulsó la expulsión de todos los judíos de Toledo, ciudad de la cual llegó a ser su Obispo. Además, tenía tanta fama de ser honrado, que logró ganarse la confianza del rey y se convirtió en el administrador de sus finanzas en la Corte de aquella época.
Varios de los datos que se tienen sobre su biografía provienen de los escritos dejados por San Ildefonso, en la obra ‘De viris illustribus’, en la que se refiere a San Eladio diciendo que, aunque vestía de manera secular, esto es, de manera normal, llevaba una vida de monje, palabras éstas que se ajustaban a la realidad, porque eran muchas las ocasiones en las que San Eladio había retiros al Monasterio Agaliense.
Nació en el año 566 y falleció en el año 633, también es conocido con el nombre de San Eladio Arzobispo y no sólo fue un hombre de la Iglesia, sino que llegó a convertirse en un hombre del Estado Hispano Visigodo. Además, llegó a ser durante su vida, abad del Monasterio Agaliense, Gobernador de una provincia, probablemente de Cartagena y fue miembro del Aula Regia, en tiempos en que reinaba Sisebuto y que fue quien aconsejó a éste sobre la expulsión de todos los judíos de Toledo. Se dice que antes de su muerte renunció a su cargo en el episcopado para retornar a la abadía.
Fue elegido como Obispo Metropolitano de la ciudad de Toledo en el año 615, cargo que mantuvo dignamente por un lapso de 18 años, sirviendo a los reyes Recaredo II, Suintila y comienzos del de Sisenando hasta el 633. Fue elevado a la santidad muy poco después de su fallecimiento.
Uno de los atributos por los que se recuerda a San Eladio es porque fue una persona muy caritativa y humilde, debido a que, aunque llegó a ser nombrado Obispo de Toledo, al inicio de su prelatura no quiso aceptar dicho cargo. Fue el propio San Eladio quien, durante el ejercicio de sus funciones como religioso, nombró a San Ildefonso Diácono en Toledo, y fue éste quien lo sustituiría al momento de fallecer.
Pero el 18 de febrero no celebramos únicamente a San Eladio de Toledo, sino que junto a él, en el Martiriólogo Romano también se recuerdan a otros santos y batos, como San Angilberto abad, San Francisco Régis Clet, San Sadoth y compañeros, San Tarasio, San Teotonio, San Juan Pedro Néel y compañeros, Beata Gertrudis (Catalina) Comensoli, Beato Guillermo Harrington, Beato Jorge Kaszyra, Beato Juan de Fiésole Angélico y Beato Juan Pibush