De acuerdo con el Martiriólogo Romano, esta santa murió martirizada, después de haber confesado que profesaba la fe de Cristo. El día 16 de febrero se celebra a cinco santos únicamente, pero se hace especial énfasis en Santa Juliana de Nicomedia, quien en secreto era cristiana, por cuanto sus padres paganos no compartían sus creencias y la hubieran reprendido de haberlo sabido.
Santa Juliana de Nicomedia
Tal como dijimos antes, era una cristiana en secreto, ocultándole su fe incluso a sus padres paganos. Esta devota mantenía ocultas sus creencias religiosas, porque nadie en su familia tenía la misma creencia que ella en el cristianismo.
La oposición que pudo haber encontrado en su familia llegó al grado de que su propio padre empezó una persecución contra los cristianos durante su vida, que transcurrió en el siglo III. Lo que su padre quiso hacer era acabar con todos aquellos que tenían fe en Jesús y en sus enseñanzas.
Santa Juliana nació en lo que actualmente se conoce como la ciudad de Izmit, en Turquía, lo que en aquella época era conocido con el nombre de Nicomedia, de allí el complemento de su nombre, y de acuerdo con la tradición católica, nació en una familia prominente. A pesar de ello, sus familiares no le hicieron la vida sencilla a Santa Juliana durante toda su vida, en particular, en lo relacionado con su confesión religiosa. Pero no sólo su padre era un encarnizado enemigo de los cristianos, sino que además su madre era agnóstica, de modo que no le quedó más remedio a Santa Juliana que ser bautizada en secreto.
Debido a las creencias de su familia, Santa Juliana tuvo que llevar una doble vida, teniendo que hacer frente durante su juventud a situaciones que la desagradaban en extremo, en particular cuando su padre pactó con senador de esa zona para que se uniera en matrimonio con ella, a pesar de que lo que Santa Juliana en verdad quería era dedicarse su vida a Dios con exclusividad.
La treta que se le ocurrió a Santa Juliana fue imponerle a su futuro esposo como condición para que se pudiera casar con ella que antes llegara al puesto de Juez y de Prefecto de la ciudad, lo cual el senador logró de manera muy rápida, gracias a sus grandes influencias. Entonces Santa Juliana echó mano de su último recurso, que fue pedirle a su prometido que se convirtiera en cristiano como última condición para contraer matrimonio con él.
Cuando su petición fue conocida por su familia, su padre se enfureció muchísimo, llegando a decretar que prefiere tener a una hija muerta, antes que convivir en su propia casa con una mujer cristiana. De modo que se hicieron públicas sus convicciones cristianas, terminando por ser martirizada y ajusticiada el día 16 de febrero de 308, entregada por su propio padre, quien además tuvo que deshacer el compromiso pactado con el senador, lo que para él fue una grave afrenta que sólo podía lavarse con sangre.
Pero el día 16 de febrero no sólo recordamos a Santa Juliana de Nicomedia, sino que la tradición católica también rinde homenaje a otros santos y beatos, cuyas obras hicieron que se destacaran como profundos cristianos, y estos son San Maruta, Beata Filipa Mareri, Beato José Allamano y Beato Nicolás Paglia