La fabada asturiana es un plato lleno de tradición, calor y amor; uno de esos que de tan solo probar un bocado, evocan los más tiernos recuerdos de las abuelas en el fogón cocinando con pasión los platos más completos y nutritivos que alimentaron a generaciones.
De esta receta se conocen varios relatos; sin embargo, si hay una con la que puede compararse la actual, es con aquella escrita en 1910 por Francisco Díaz, jefe de cocina de la fonda La Serrana de Avilés.
7El remojo de las habas y el lacón, esta es la manera en que se hacía en 1910
Tal como se hace en la actualidad, las habas, según señalaba Francisco Díaz, se tienen que poner en remojo con el lacón cortado a trozos por unas 10 a 12 horas antes de la cocción.
La diferencia de esta manera con la actual es muy ligera, ya que, Díaz, señala que se deben poner a remojar “con el lacón” por lo que se puede interpretar que se debían remojar juntos.
Por supuesto, hace la acotación de que este es un paso necesario para que la fabada no salga salada. Nombrando así a este plato, por el nombre con el que se conoce hasta nuestros días.