Si de platos típicos para disfrutar entre amigos acompañando unas buenas bebidas frías se trata, los chopitos son sin dudas uno de los favoritos. Estos pequeños calamares fritos, crujientes y sabrosos, se sirven típicamente en las terrazas y son el aperitivo y entrante ideal.
Hay algunos detalles que pueden arruinar tu buena experiencia al deleitarte con los chopitos; entre ellas, que queden duros, gomosos, quemados o muy grasientos. Y es que, para prepararlos, hay ciertos pasos que son los que te garantizan el éxito. Hoy te hablaré sobre ellos y te contaré como puedes evitar que cojan mucho aceite.
1Lo primordial para unos ricos chopitos: la limpieza
Como en toda receta en la que estén involucrados los chopitos o calamares, la limpieza es un factor primordial para que el resultado sea delicioso. Lo primero que debes hacer es colocarlos dentro de un bol y llevarlos al fregadero.
Lava los chopitos y con tus dedos, retira las tripas y plumilla de su interior. Realiza todo el proceso mientras los lavas con agua muy fría. Enjuágalos bien y llévalos a un recipiente limpio.