Pasado el día de San Valentín, el santoral de la Iglesia Romana celebra a varios santos y beatos, cuya vida y obras han sido fundamentales para el crecimiento de la cristiandad, por eso hoy celebramos la vida de San Onésimo, quien fue esclavo y sirviente de Filemón, quien fue convertido al cristianismo por, nada más y nada menos que Pablo de Tarso, el gran apóstol.
San Onésimo
Fue un esclavo de Filemón que se convirtió al catolicismo de la mano del Apóstol de los Gentiles, Pablo de Tarso. Filemón era un líder de la Iglesia en Colosas, y poseía una considerable fortuna en esa ciudad, así como esclavos, entre los que se encontraba San Onésimo, quien en una oportunidad tomó la decisión de escapar, lo que fue la causa de que el Apóstol San Pablo le escribiera una carta, que se conoce con el nombre de La Epístola a Filemón, que posteriormente fue recogida como parte de los libros del nuevo testamento en el Concilio de Nicea, en el año 325, liderado por el propio emperador Constantino.
En la Epístola a Filemón, Pablo de Tarso le solicita que vuelva a recibir en su casa a Onésimo, pero no como esclavo, sino como a un hermano cristiano. Luego de haber enviado la misiva, Pablo de Tarso de reunió con San Onésimo y lo bautizó como cristiano, convirtiéndolo a la fe de Jesús. Luego de estos hechos, San Onésimo fue a reunirse con Filemón, quien no sólo lo perdonó por haber huido, sino que, además, le otorgó la libertad, cuestión que aprovechó San Onésimo para volver al lado de San Pablo y convertirse en predicador.
No obstante, la tradición de la Iglesia de Roma no reconoce que San Onésimo se haya fugado de la casa de Filemón, ni que fuera su amo, en cambio cuentan que San Onésimo se separó de Filemón, ya que no le es posible reconocer a la Iglesia Romana el hecho de que la esclavitud en aquellos años era un problema social, y que incluso los cristianos tenían esclavos, cuestión esta que fue tratada por investigadores de varias universidades, entre ellas la de Oxford, utilizando precisamente esta Epístola de San Pablo para demostrarlo.
Grandes prelados de la Iglesia Católica, como el Papa Benedicto XVI han afirmado que lo que realmente se desprende de esa Epístola de san Pablo a Filemón es que se trata de una prueba de la gran labor transformadora que caracterizó a San Pablo de Tarso, y su preocupación por la forma en que se vivía en la sociedad de aquella época. Este aspecto igualmente fue tomado por Martín Lutero, cuando escribió si obra “Todos somos Onésimo” en 1541, como fundamento para su crítica a los excesos y a los abusos de los grandes prelados de la Iglesia de Roma y darle base a su Reforma.
Aunque el 15 de febrero no celebramos únicamente a San Onésimo, sino que en el santoral de este día se incluye también a otros santos y beatos, que para esta fecha son San Claudio La Colombière, San Decoroso, Santa Georgia, San Quinidio, San Severo de Valeria, San Sigfrido, San Walfrido y Beato Ángel Scarpetti