Un estudio europeo firmado por la fundación holandesa ToxicoWatch ha detectado «niveles alarmantes» de contaminantes en el entorno de la incineradora de Valdemingómez, ha informado la Federación Regional de Vecinos de Madrid (FRAVM) en un comunicado.
La biomonitorización fue llevada a cabo en 2021 por ToxicoWatch en colaboración con Ecologistas en Acción, la FRAVM y el Grupo de Acción para el Medio Ambiente (GRAMA), bajo la coordinación de Zero Waste Europe. Se llevó a cabo a lo largo de varias campañas de recogidas de diversas muestras biológicas, como agujas de pino, de ciprés de Arizona, huevos de gallina o musgos.
Por primera vez se llevaba a cabo un proceso de monitorización y estudio de la presencia de sustancias peligrosas emitidas por la incineradora: dioxinas y furanos, hidrocarburos aromáticos policíclicos (HAP) y sustancias per y polifluoroalquiladas PFAS. Esa monitorización continuará en 2022.
La biomonitorización no se incluye en las obligaciones de los permisos de las incineradoras, han informado los impulsores del estudio. Los resultados de los análisis de dioxinas en los musgos muestran concentraciones «muy elevadas» siendo «significativamente más altos» que otros realizados en investigaciones de biomonitoreo en Europa en 2019-2021.
El estudio destaca los «altos resultados de contaminación por PFAS» en las agujas de pino carrasco, «diez veces superiores a las encontradas en árboles de la misma especie situados a cuatro kilómetros». Igualmente destacan los elevados niveles de dioxinas (PCDD) «75 veces mayor» en comparación con la fuente de referencia.
«Estos resultados de ToxicoWatch suponen la evidencia de que en el entorno de la incineradora de Valdemingómez se están depositando sustancias enormemente peligrosas para el medio ambiente y la salud humana. Las autoridades ambientales y sanitarias deberían adoptar medidas inmediatas dado que las instalaciones son un riesgo para la salud de las personas y para el medio ambiente», han reclamado las entidades vecinales y ecologistas.
Ecologistas en Acción, la FRAVM y GRAMA consideran que los resultados de este trabajo justifican «la imperiosa necesidad del cierre de la incineradora de Valdemingómez y un cambio en la gestión de residuos en la ciudad y provincia de Madrid».