San Jerónimo Emiliani nació en Venezia, Italia, y es homenajeado por uno de los religiosos que más se preocupó, como mochos otros, por predicar y compartir la vida de nuestro señor Jesús, se dice que su nacimiento tuvo lugar en el siglo XV, y fue muy destacado en su e´poca, por ser el fundador de la Orden de los Clérigos Regulares de Somasca.
San Jerónimo Emiliani
Según los relatos que se cuentan, la fundación de la Oren de los Clérigos Regulares de Somasca fue sólo uno de los proyectos que lo hicieron ascender a santo en el año 1767, cuando fue canonizado por el Papa Clemente XIII. San Jerónimo se quedó huérfano de padre cuando aún era un niño pequeño, pero su madre lo educó en la fe cristiana, aunque a pesar de haber tenido esa formación religiosa, su primera vocación fue la militar.
Inicialmente no se inició como clérigo, porque comenzó su carrera profesional como militar, al alistarse en el ejército, para convertirse en un soldado de entre los muchos que tenían la obligación de resguardar la paz, la quietud y el bienestar de la Serenísima República de Venezia, pero al poco tiempo fue destinado a la custodia de Castelnuovo di Quero, que era en aquella época uno de los enclaves importantes del sistema defensivo del Municipio de Quero.
Durante el siglo XVIII, en la torre del castillo de Castelnuovo di Quero, el alcalde de aquella época dio inicio a una restauración, impulsando la construcción de un oratorio que sería bautizado en honor a San Jerónimo, razón por la cual el sitio fue bautizado con el nombre de La Fratina, debido a que durante unos cuantos años, ese castillo fue administrado por los Frailes que pertenecían a la Orden de los Padres Somascos.
Las zonas de Somasca, Treviso y Quero se convirtieron en sitios muy especiales para San Jerónimo, los cuales visitaba con mucha frecuencia, aprovechando para evangelizar para interesarse por los pobres y los enfermos, y fue precisamente fue en Treviso en donde prometió, encontrándose en el Santuario de la Parroquia de Santa María la Mayor su lealtad completa a Dios y quedar totalmente a su servicio.
Cuando regresó a su pueblo natal, San Jerónimo Emiliani tomó la decisión de repartir todos los bienes que se quedaban entre aquellos que se encontraban más necesitados, y fue entonces, junto con otros compañeros monjes, que fundó la Orden de los Clérigos Regulares de Somasca. Desde entonces, estos monjes se dedicaron a la oración, a ayudar a los pobres y a difundir las palabras de cristo por toda a la comarca. Fue gracias a esa labor de cristianización y a su trabajo con los pobres, que se convirtió en santo.
Pero hoy no solamente es día de celebración para Somasca, sino que también celebramos la vida y la sobras de otros santos y beatos de la Iglesia romana, entre los que se encuentran San Esteban de Grandmont, San Honorato, obispo, San Jovencio, San Lacuto, San Nicecio, obispo, San Pablo de Verdún, Santa Cointa, Santa Josefina Bakhita, Beata Josefina Gabriela Bonino y Beato Pedro Igneo