La Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica (SEIMC) afirma que ante la situación actual de la pandemia de COVID-19 en España se debe priorizar la atención de las personas vulnerables, para ello consideran que se requieren importantes modificaciones en la manera actual de abordar la vigilancia epidemiológica, la metodología diagnóstica, la organización de los sistemas asistenciales, la aplicación de medidas de prevención de la transmisión y, finalmente, la aplicación de los avances científicos en los campos de la terapéutica y de la utilización de las vacunas en la población general.
La elevada frecuencia de casos y la alta transmisibilidad de la variante ómicron condicionan, que en el momento actual muchos pacientes sean diagnosticados de COVID-19 al ingresar en el hospital por otras causas. Aunque, en la mayoría de los casos se trata de pacientes que son asintóticos o leves.
Esto ocasiona en las instituciones sanitarias una excesiva carga laboral y asistencial, así como relevantes problemas organizativos que afectan a la atención a los pacientes, tanto a los que sufren COVID-19 como a los que padecen otras patologías, al aplicarse las mismas estrategias y recomendaciones que en pasadas olas de la pandemia, producidas por variantes diferentes de SARS-CoV-2.
La primera, que la variante ómicron puede producir enfermedad grave en personas no vacunadas, incompletamente vacunadas y en pacientes vulnerables, y que, por tanto, es en estos grupos de población donde hay que centrar el esfuerzo preventivo, diagnóstico y terapéutico; y la segunda, que la contagiosidad de la variante ómicron es de tal magnitud que hace muy probable que la mayoría de la población acabe infectada.
Como tal documento de posición, no se trata de un protocolo o guía, está abierto a discusión pública, y puede tener que cambiar en el futuro si aparecen nuevas variantes con características biológicas diferentes y con mayor riesgo de producir una enfermedad más grave.
Por este motivo, señala que la respuesta frente a la variante ómicron debe de ser diferente y proporcional a la carga de enfermedad que produce. Las acciones de prevención, diagnóstico y tratamiento deberían focalizarse en los grupos de personas vulnerables.
Para ello, plantean transmitir y explicar que determinadas medidas que se realizan con frecuencia, como el control de la temperatura corporal a la entrada de los establecimientos públicos o pulverizar las superficies con soluciones antisépticas en dichos establecimientos, carecen de utilidad; y suprimir la obligatoriedad de certificados de vacunación para entrada en locales públicos.
Recomiendan dosis vacunales adicionales; usar omo indicadores principales de evolución del impacto clínico de la pandemia deben utilizarse los de incidencia de hospitalización y mortalidad; no realizar pruebas diagnósticas en casos leves en personas no vulnerables.
Asimismo, creen que la estrategia de detección de variantes en nuestro país adolece de varios defectos: se secuencia un número bajo de aislados en comparación con países de nuestro entorno, no se focaliza en pacientes de mayor riesgo de desarrollar nuevas variantes y proporciona los datos con retraso.
Por ello, ven necesario lograr una nueva estrategia, una modificación de la atención médica en los hospitales; priorizar el fortalecimiento del sistema sanitario en su conjunto. Además, la pandemia ha evidenciado la necesidad de contar con redes de investigación financiadas que permitan la realización de ensayos clínicos a gran escala de forma eficiente y rápida.