Natillas de convento: cómo hacer el dulce más rico que hacen las monjas

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Hablar de postres españoles es hablar de natillas y ricos dulces delicados de gran sabor que han alimentado y consentido a generaciones enteras. Y si, de delicados dulces se trata, los de convento, preparados por las monjas, vaya que tienen historia y se han ganado el corazón de cada hogar español. 

Son muchas las recetas que se han diseñado entre las paredes de los claustros y todas ellas han sido caracterizadas por su delicadeza, sabor y sencillez. Basta con probar unas yemas de Santa Teresa o unas natillas de toda la vida, para saber que su origen no puede ser otro que la combinación de unos pocos ingredientes con la destreza que las monjas han demostrado tener.

Para disfrutar de un postre humilde y delicado, de esos que alegran el día a cualquiera, tienes que probar estas natillas de convento; verás como te despiertan los más gratos recuerdos de tu niñez.

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Así debes trabajar las yemas

yemas

Una vez que tengas lista la leche endulzada, es el momento de separar las yemas de las claras de huevo. Recuerda no desechar estas últimas, ya que servirán de base para otras preparaciones dulces y saladas.

Cuando las tengas separadas, pon las yemas en la leche que tenías reservada y disuélvelas muy bien con la ayuda de un batidor hasta que estén completamente integradas y no se observe ninguna separación entre estos dos ingredientes.