Hablar de postres españoles es hablar de natillas y ricos dulces delicados de gran sabor que han alimentado y consentido a generaciones enteras. Y si, de delicados dulces se trata, los de convento, preparados por las monjas, vaya que tienen historia y se han ganado el corazón de cada hogar español.
Son muchas las recetas que se han diseñado entre las paredes de los claustros y todas ellas han sido caracterizadas por su delicadeza, sabor y sencillez. Basta con probar unas yemas de Santa Teresa o unas natillas de toda la vida, para saber que su origen no puede ser otro que la combinación de unos pocos ingredientes con la destreza que las monjas han demostrado tener.
Para disfrutar de un postre humilde y delicado, de esos que alegran el día a cualquiera, tienes que probar estas natillas de convento; verás como te despiertan los más gratos recuerdos de tu niñez.
6Huevos frescos: ingrediente estrella en las natillas de convento
En toda preparación en la que se utilicen huevos, la calidad y frescura de estos es fundamental para tener un resultado perfecto. Ahora bien, en lo que respecta a las natillas de convento, este es un detalle aún más importante.
Este postre no lleva ningún tipo de espesante adicional; y es por esta razón que, contar con unos huevos tamaño L y de gran frescura se convierte en algo vital. Estos serán los encargados de aportar consistencia, así que debes optar por usar los más grandes y frescos.