Hablar de postres españoles es hablar de natillas y ricos dulces delicados de gran sabor que han alimentado y consentido a generaciones enteras. Y si, de delicados dulces se trata, los de convento, preparados por las monjas, vaya que tienen historia y se han ganado el corazón de cada hogar español.
Son muchas las recetas que se han diseñado entre las paredes de los claustros y todas ellas han sido caracterizadas por su delicadeza, sabor y sencillez. Basta con probar unas yemas de Santa Teresa o unas natillas de toda la vida, para saber que su origen no puede ser otro que la combinación de unos pocos ingredientes con la destreza que las monjas han demostrado tener.
Para disfrutar de un postre humilde y delicado, de esos que alegran el día a cualquiera, tienes que probar estas natillas de convento; verás como te despiertan los más gratos recuerdos de tu niñez.
4Las natillas de convento, para nada comparables con las comerciales
A nivel comercial se pueden encontrar muy buenas natillas y de hecho, existen algunos trucos para hacerlas más espesas y conseguir que queden con una apariencia más ‘casera’. Sin embargo, en honor a la verdad, nada se compara con la que preparas en casa desde cero.
Las que son comerciales tienden a resultar con un sabor más fuerte y una consistencia diferente a la de los conventos, mientras que estas últimas, son realmente delicadas y denotan su origen a la distancia.
Definitivamente, para que compruebes por ti mismo el placer de comer un postre verdaderamente tradicional, te invito a tomar nota de lo que necesitarás y seguir el paso a paso que te daré.