Salsa de almendras: por qué debes echarlas con cáscara

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La salsa de almendras es todo un clásico que se disfruta especialmente en la época de invierno. Es perfecta para acompañar pescados, verduras y carne de ave; y gracias a su textura suave y delicada, suele revestir de elegancia todo plato en el que sea presentada.

Prepararla perfecta tiene su truco, y algo que seguramente te preguntas con frecuencia es si es mejor utilizar las almendras peladas o con cáscara. Para aclarar esas dudas y para facilitarte la preparación de una salsa perfecta, te invito a leer toda esta información que estoy por ofrecerte.

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Comienza trabajando con las almendras

Ya que te he comentado sobre cuál es la mejor forma de consumirla; y que también te he explicado cómo puede quedar más sabrosa para que la combines con cualquier plato, pasemos a cómo debes comenzar a preparar esta rica salsa.

Lo primero que debes hacer es cocinar las almendras; estas ya deben estar sin piel. Ponlas en una olla con dos cucharadas de aceite de oliva y llévalas al fuego suave. Mientras se van cocinando, muévelas constantemente para lograr que queden doradas en todas sus partes.

Tienes que vigilar el proceso muy de cerca, ya que el aceite se calienta rápidamente y las almendras pueden quemarse ante un descuido. Una vez que estén doradas, retíralas del fuego y resérvalas en un recipiente.

Si te gusta disfrutar de todo el sabor de las almendras, anímate también a preparar el más divino caldo con este fruto seco.