Un estudio del Museu de Ciències Naturals de Granollers (Barcelona) y el Centro de Investigación Ecológica y Aplicaciones Forestales (Creaf) ha concluido que tener parques y jardines bien conectados y cercanos aumenta la diversidad de mariposas en la ciudad.
En un comunicado este jueves, el Creaf ha añadido que la cercanía de los parques, en un kilómetro a la redonda, y con poca densidad de edificaciones en medio, también mejora el número de individuos de las especies más escasas.
El estudio, que se ha realizado tomando la ciudad de Barcelona como laboratorio y con datos de una treintena de voluntarios, recomienda «enfocar los esfuerzos de gestión en función de las diferentes tipologías de mariposas, empezando por las ausentes y las más escasas».
La investigación ha encontrado que en Barcelona faltan las especies de mariposas con menor capacidad de movilidad y las más exigentes en cuanto a la dieta (con orugas que se alimentan de una o pocas especies de plantas), que viven en Collserola pero «Barcelona les supone una barrera ecológica impenetrable», según la técnica del museo Claudia Pla-Narbona.
En contraste, las más abundantes son las que pueden viajar más y se alimentan de muchas plantas diferentes, hasta un total de 36 especies que forman una comunidad «homogénea y empobrecida», puesto que un tercio de especies es abundante y los ejemplares de los dos tercios restantes son escasos.
«Si se mejora la conectividad de las zonas verdes de la ciudad se permite que estas mariposas lleguen desde Collserola y puedan viajar por la ciudad, aumentando así la biodiversidad», ha explicado la investigadora Yolanda Melero.