Nada más delicioso que una loncha de jamón ibérico recién cortado; se valora la dedicación de los maestros jamoneros que hicieron un arduo y delicado trabajo para que puedas disfrutar de una loncha de este exquisito manjar.
Desde la selección de las piezas, la preparación, los tiempos de maduración y de ahumado, todo requiere su trabajo y dedicación. El resultado lo notas cuando pruebas una loncha de jamón ibérico, y en ese momento sabrás que ha valido la pena.
5Cuida la temperatura
Las piezas de jamón ibérico son muy susceptibles a los cambios que se pueden presentar en el entorno; uno de esos cambios que pueden alterar las propiedades características del mismo, es la temperatura. Se recomienda que las piezas de jamón que han sido cortadas estén con las mismas condiciones que tenían en la fase de curado en las bodegas.
Las condiciones que reúne una bodega de curado, se pueden describir como frescas y secas. Además, son lugares en los que no se desarrollan fluctuaciones importantes de temperatura.
La temperatura ideal para conservar el jamón cortado está entre 10 y 15 grados centígrados y siempre alejados de cualquier fuente de calor.