La personalidad es la forma en cómo una persona habla, piensa y actúa, es decir, es el factor que describe su conducta y diferencia a una persona de otra, para convertirla en un ser único. ¿Sabías que nuestra expresividad tiene mucho que decir? En efecto, según cómo cierres el puño así es tu personalidad.
En la personalidad intervienen características estructurales y funcionales, ya sean innatas o adquiridas en las condiciones de su desarrollo, que definen la conducta de cada individuo para afrontar distintas situaciones.
Esto forma parte del lenguaje verbal, de las expresiones al hablar y escribir a la vez que, de la comunicación corporal, a través de gestos, posturas y movimientos del cuerpo y rostro para transmitir información.
3Si cierras así el puño, esto es lo que transmite tu personalidad
¿Qué diferencias existen en lo que trasmites en función de cómo cierres el puño? Los especialistas en comunicación no verbal explican que con base en la posición de la mano cerrada se denotan distintas personalidades, que en ocasiones se manifiestan de forma contradictoria.
Con el puño cerrado con el pulgar visible sobre el dedo índice refleja una personalidad externa compasiva y un poco insegura, aunque a la vez muestra sensibilidad, con imaginación, impaciencia y energía, mostrando un punto autoirónico. En la personalidad interna este acto de cerrar la mano denota que la persona busca sinceridad, reconocimiento y la aceptación de quienes la rodean.
Un puño con el pulgar sobre los demás dedos muestra externamente una persona con talento, creatividad y carisma. Es indicativo de estar seguro de ti mismo, eres flexible y atento, lo que te proporciona amistades en todos los entornos. En tu personalidad interna necesitas de alguien que te cuide y proteja, ya que eres sensible y quieres ser comprendido y aceptado tal y como eres.
El puño con el pulgar oculto bajo los otros dedos muestra una personalidad externa de una persona creativa, ingeniosa, ágil y emocional. En la personalidad interna eres un ser que se sacrifica por los demás, aunque no permites que alguien te haga sufrir.
