Las fresas son una de las frutas consentidas; son dulces, ácidas, de tamaño pequeño y combinan de manera estupenda con un buen número de postres. Son conocidos los beneficios que ofrecen a la salud y además suelen ser económicas. Lamentablemente, así como son de ricas, también son delicadas, ya que tienden a dañarse fácilmente si no se resguardan de la manera correcta una vez cosechadas.
Seguramente, te ha pasado alguna vez, que las has comprado frescas y hermosas, pero al día siguiente de la compra se encuentran visiblemente deterioradas. Esto se debe a errores cometidos mientras las conservas. Para que no se te echen a perder, quédate a conocer cómo debes conservarlas.
7Así debes prepararlas para congelarlas
Si de congelarlas se trata, al contrario que en la nevera, debes lavarlas antes de prepararlas. Lávalas bien y estarán listas para consumir cuando quieras. Una vez que las laves, sécalas muy bien y colócalas en una bandeja con papel encerado. Cúbrelas con un papel film y llévalas al congelador.
Cuando las pongas en la bandeja, cuida no amontonarlas y déjalas congelando por unas horas. Transcurrido este tiempo, guárdalas en bolsas herméticas de congelador.