Las fresas son una de las frutas consentidas; son dulces, ácidas, de tamaño pequeño y combinan de manera estupenda con un buen número de postres. Son conocidos los beneficios que ofrecen a la salud y además suelen ser económicas. Lamentablemente, así como son de ricas, también son delicadas, ya que tienden a dañarse fácilmente si no se resguardan de la manera correcta una vez cosechadas.
Seguramente, te ha pasado alguna vez, que las has comprado frescas y hermosas, pero al día siguiente de la compra se encuentran visiblemente deterioradas. Esto se debe a errores cometidos mientras las conservas. Para que no se te echen a perder, quédate a conocer cómo debes conservarlas.
3Las fresas necesitan ventilación para que no se llenen de moho
El principal enemigo de las fresas es el moho, y este se desarrolla ante mayores condiciones de humedad. Por tal razón, para evitar que se dañen, debes garantizar un envase en el que puedas conservarlas, pero que tenga orificios para que el oxígeno circule.
Algo que también debes hacer, es desechar aquellas fresas que estén aguadas, deterioradas y perdiendo grandes cantidades de líquido. Una vez hecho esto, tenerlas en un recipiente adecuado y con ventilación, permitirá una mejor conservación.