Las fresas son una de las frutas consentidas; son dulces, ácidas, de tamaño pequeño y combinan de manera estupenda con un buen número de postres. Son conocidos los beneficios que ofrecen a la salud y además suelen ser económicas. Lamentablemente, así como son de ricas, también son delicadas, ya que tienden a dañarse fácilmente si no se resguardan de la manera correcta una vez cosechadas.
Seguramente, te ha pasado alguna vez, que las has comprado frescas y hermosas, pero al día siguiente de la compra se encuentran visiblemente deterioradas. Esto se debe a errores cometidos mientras las conservas. Para que no se te echen a perder, quédate a conocer cómo debes conservarlas.
2Nunca laves las fresas al llegar a casa y déjales el tallo
Lavar las fresas al llegar a casa, es uno de los errores más frecuentes y es, sin lugar a dudas, una de las prácticas que más las deteriora rápidamente.
La humedad es el principal enemigo de esta fruta; y de hecho, si al llegar a casa notas que se encuentra un poco mojada, lo mejor es secarla muy bien con un trozo de papel absorbente. Las fresas solo deben lavarse, minutos antes de consumirse.
Conservarlas con el tallo les extenderá su frescura, así que evita quitarlo antes de tiempo. Y tal como sucede en el caso de lavarlas, hazlo solamente cuando estes a minutos de disfrutarlas.