Hoy celebramos a una santa cuyas obras de caridad cristiana tuvieron su apogeo al momento de convertirse en viuda, haciendo que su casa se considerara como un centro dedicado a la oración a Jesús, a la que acudían sus familiares, sus clientes y hasta los esclavos que así lo desearan para elevar sus súplicas al hijo de Dios.
Santa Paula de Roma
Se dice que nació en la ciudad de Roma, en el año 347, perteneciendo a una familia de patricios, que era la clase social más alta de la época. Cuando cumplió los 15 años, contrajo matrimonio con Tosozio, quien profesaba la fe pagana, no obstante respetó la religión cristiana que practicaba su esposa. De ese matrimonio, del que se dice que fue muy feliz, nacieron 5 hijos, y vivieron en mutuo respeto, amor y armonía hasta que Tosozio falleció.
A la muerte de su esposo, Santa Paula de Roma convirtió su casa en una clase de monasterio, al que podía acudir todo cristiano a profesar su fe y a orarle al señor, sin importar su condición social. Años después, luego de haber trabado conocimiento personal con San Jerónimo, Santa Paula de Roma decide acompañarlo a Oriente, llegando a la ciudad de Belén Efrata, en la cual ambos construyeron dos monasterios, uno para damas y otro para caballeros, y luego de haber concluido esta labor, Santa Paula de Roma comienza a profundizar sus estudios en las Escrituras Sagradas bajo la tutoría de San Jerónimo.
Pero debemos recordar que el día de ayer, 25 de enero, celebramos la gran conversión mística obrada en Pablo de Tarso, quien se convertiría en San Pablo Apóstol, así que el día de hoy, 26 de enero, celebramos la vida de dos de sus más grandes discípulos, que son San Timoteo y San Tito, dos religiosos que fueron muy importantes en la propagación de las palabras de San Pablo Apóstol.
Respecto a San Timoteo, las propias Escrituras Sagradas indican que fue hijo de una mujer judía creyente, pero que su padre fue griego, pero gracias a las palabras y la obra de su mentor, San Pablo Apóstol, llegó a convertirse en Obispo, cuya obra y actividades religiosas constan en las propias Escrituras. De hecho, es mencionado en varios pasajes de la Biblia, junto a San Pablo Apóstol, en particular en el Libro Quinto, sobre los Hechos de los Apóstoles, así como en la Epístola de Filemón, cuyo contenido se atribuye al propio apóstol.
De acuerdo con lo que recoge el Martirólogo Cristiano, San Timoteo llegó a convertirse en el Obispo de Éfeso, por la propia recomendación de Pablo de Tarso.
En relación con San Tito, nos estamos refiriendo a otro santo que es mencionado en varias de las cartas que fueron agregadas al Nuevo Testamento en el Concilio de Nicea, gracias a la obra de San Pablo Apóstol, y se dice que San Tito fue convertido al cristianismo por el propio San Pablo, aunque ya San Tito tenía unas firmes creencias en torno a la religión de Jesús, las cuales fueron reforzadas por las enseñanzas de Pablo.
Pero no son únicamente Santa Paula de Roma, San Timoteo y San Tito los santos que se celebran hoy, sino que también es el onomástico de San Agustín Erlandsön, San Alberico, abad, San Teógenes, mártir, San Ansurio, San Eusten de Nidaros, Beata María de la Dive y Beato Miguel Kozal.
