Rigoberta Bandini es una de las grandes favoritas para ganar el Benidorm Fest, la preselección española para Eurovisión 2022, a la que se presenta con «Ay Mamá», una canción dedicada a la maternidad y en contra de los estigmas sobre el cuerpo de las mujeres y que representará en el escenario de manera «diferente» a sus conciertos.
Paula Ribó (el nombre real de Rigoberta Bandini) acostumbra a salir a escena con su banda, formada por su pareja, Esteban Navarro, y sus primos Belén y Juan Barenys. No obstante, en Benidorm «es probable» que les acompañe alguien más, según explica en una entrevista.
«No sé por qué dan tanto miedo nuestras tetas» es el clímax de la canción. Precisamente el miedo se desató entre los fans del festival de Eurovisión hace unos días, cuando ‘El Mundo’ publicó que una teta gigante acompañaría a la artista en su actuación. «La teta será tan grande que no cabremos en el escenario y tendré que cantar desde casa», bromeó en un tuit.
Sin aclarar qué será lo que hay sobre el escenario, ironiza: «Lo que sí estarán serán mis tetas, que no me las puedo arrancar. Pero ya lo veréis». Precisamente, este martes está teniendo sus primeros ensayos sobre el escenario: «Es muy emocionante ver el espacio, es increíble todo».
Desde el Palau d’Esports l’Illa de Benidorm sonará este jueves su «Ay Mamá», una de las canciones que más atención está recibiendo de todo el Benidorm Fest. De hecho, acumula más de tres millones de escuchas en Spotify y es la única de las 13 participantes ha entrado en la lista de las 50 canciones más viralizadas a nivel global.
LAS DUDAS CON «AY MAMÁ»
Ribó compuso la canción hace más de ocho años, cuando todavía no era madre, y reconoce que la envió al Benidorm Fest cuando la maqueta le «gustaba» pero no le «flipaba». «Pensé, si el día del ‘deadline’ todavía no me flipa, digo que no, muchas gracias», admite.
Sin embargo, tras un proceso de producción en el que ha estado acompañada por Navarro y Stefano Maccarrone, reconoce sentirse «muy segura de la canción». «Quería algo que me convenciera mucho, para defenderla con muchísima verdad. Necesitaba esa garantía de que a mí me flipara», agrega.
Y es que, pese a que rescató «Ay Mamá» de un cajón, supo que «ahí había algo». «Hay canciones que compuse hace muchos años y que no me gustan, las oigo y digo ‘Bah, es una mierda’ o a veces se puede sacar algo. Aquí había algo, cuando me hizo llorar de primeras, es que hay algo debajo, y entonces rasco como un perro hasta llegar», explica.
En su tema encontró «un sentimiento muy fuerte de ser contado». «Mamá, mamá, mamá, paremos la ciudad, sacando un pecho fuera al puro estilo Delacroix», reza la letra. Así que, manos a la obra, la acortaron, cambiaron el estribillo, y tras un proceso con «altibajos» y «de los más difíciles» por el poco tiempo que tuvieron, el tema les convenció «100%».
«SI ESTO NO SALE, SALDRÁN OTRAS COSAS»
Partir como una de las grandes favoritas para ganar no es algo que le preocupe: «Esto cambia como el viento y tampoco me quiero hacer a ello. Quiero disfrutar de esta experiencia y siento que ya hemos ganado de alguna manera, es que está funcionando tan bien todo y nos lo estamos pasando tan bien en Benidorm».
Obviamente, su «parte ambiciosa» le dice que quiere ganar, pero «hay otra parte que sabe que está yendo perfecto todo ya en este camino como Rigoberta». «Si esto no sale, saldrán otras cosas, pero si la experiencia puede continuar hasta Eurovisión, mejor».
Y es que, en caso de ganar el Benidorm Fest, a Ribó se le vienen encima cuatro meses de camino hasta Turín, algo que le genera «vértigo». Si el Benidorm Fest «a pequeña escala ya ha supuesto cambios», ir a Eurovisión sería algo «muy bestia».
Reconoce, eso sí, que pese a que subirse al escenario turinés le apetece «muchísimo», el proceso hasta llegar le genera más «miedo y pereza». «Todo lo que es promoción me da más palo, porque son muchos medios y al final, a mí me gusta componer y salir al escenario», explica.
Sin embargo, de cara a Eurovisión, camino despejado: los meses de enero, febrero y marzo había intentado «minimizar al máximo» sus actuaciones, aunque a partir de mayo será una «locura». «El finde siguiente de Eurovisión tenemos el Tomavistas, y después varios festivales más».
Para una artista acostumbrada a festivales, sería un «éxito total» que la gente la conozca fuera y le abra la puerta de otros países, pese a que la barrera idiomática exista. «Al final yo creo que un proyecto de lengua hispana nunca va a funcionar en otros países como en Latinoamérica o España, pero solo estar ahí es poner la cabecita».
De hecho, se reconoce admiradora de artistas belgas, como Stromae o Angèle, que traspasan fronteras cantando en francés. «Aunque no hablen tu idioma, de repente tener público en otros lugares me encantaría». Eso sí, «poco a poco». Por muy «soñadora» que admita ser, primero hay que centrarse en Benidorm y luego en Eurovisión, aclara.