Estos son los motivos por los que no debes tomar barritas energéticas

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Se han infiltrado en prácticamente todos los supermercados, tiendas de conveniencia, gimnasios, estudios de yoga e incluso tiendas de artículos deportivos. Las barritas energéticas son sinónimo de comida sana, rápida y energizante para estos tiempos modernos, y millones de personas confían en ellas para obtener un impulso rápido y sabroso de calorías, proteínas y carbohidratos.

Pero antes de que te pongas a consumir tu próxima barrita energética, ¿has considerado estas cinco razones para abandonar las barritas energéticas?

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Las barritas de proteínas son una forma popular y cómoda de añadir más proteínas a su dieta

Son una gran fuente de vitaminas y nutrientes y pueden consumirse fácilmente sobre la marcha. Pero, ¿son realmente buenas para la salud?

La mayoría de las barritas proteicas contienen frutos secos, dátiles, nueces y semillas, cereales integrales y otras fuentes de proteínas como el yogur en polvo y las claras de huevo. También suelen tener entre 150 y 200 calorías cada una y contienen entre 10 y 20 gramos de proteínas. Las barritas proteicas pueden ser una buena fuente de calcio, potasio, vitamina B, fibra y hierro.

Pueden ayudarte a ganar masa muscular e incluso pueden favorecer la pérdida de peso. Además, las barritas proteicas pueden ser un buen sustituto de la comida o un tentempié para después del entrenamiento. Suena bien, ¿verdad? Tal vez no.

Dado que la composición nutricional de las barritas proteicas varía en función de los distintos sabores y marcas, es una buena idea comprobar la lista de ingredientes antes de realizar cualquier compra: algunas barritas proteicas son tan ricas en calorías y azúcares añadidos o incluso en jarabe de maíz de alta fructosa que bien podrían estar en el pasillo de las golosinas.

Esto puede aumentar el riesgo de diabetes, enfermedad del hígado graso y obesidad si se consumen en exceso. Además, mientras que la grasa de algunas barritas proteicas suele proceder de frutos secos y semillas enteras, otras utilizan aceites vegetales altamente procesados, como el de palma, canola, cacahuete o soja.