Las patatas fritas son deliciosas, crujientes y adictivas. Disfrutarlas alguna vez acompañando un almuerzo o incluso como merienda ocasional, no tiene por qué resultar perjudicial. Sin embargo, ¿qué sucede cuando los límites se cruzan y comienzas a consumirlas de forma habitual e incluso se convierten en una comida diaria?.
Son muchos los alimentos que por sus características pueden llegar a resultar adictivos; y esta adicción, no permite que pienses en el daño significativo que puedes estar causando a tu cuerpo y estado de salud general. Las patatas fritas son uno de ellos; y es por esta razón, que hoy te contaremos sobre sus efectos en el cuerpo si decides comerlas casi todos los días.
7Inmunidad y defensas naturales comprometidas
Las grasas que se encuentran presentes en las patatas fritas causan problemas en el tracto gastrointestinal tal como lo hemos mencionado. Ahora bien, por otra parte, ese mismo daño ocasionado a nivel gástrico, ocasiona alteraciones en la microbiota intestinal haciéndola más pobre.
Al consumir alimentos llenos de grasa, no solamente causa trastornos estomacales fácilmente reconocibles, sino que también, disminuye la presencia de las bacterias que protegen desde el intestino y por ende, al destruir la microbiota, el sistema inmune se ve debilitado significativamente.