Las natillas de huevo son de esos postres de los que nunca te aburres de comer, su sabor y textura las hacen una delicia y a pesar de tener fuertes competidores como el flan, nunca lograran la textura y el sabor de estas.
Cuando prepares este delicioso postre deberás armarte de paciencia y fuerza de voluntad para resistir y solo comerlo al momento de servirlo, ya que debes esperar a que estén bien fríos para poder disfrutar de unas natillas tradicionales perfectas.
3Infusión la leche
La infusión de la leche es clave en la preparación de la natilla, pues esta le da un toque perfecto en el sabor y el aroma. Aunque parezca un procedimiento fácil, debes tener ciertos cuidados para que la infusión de la leche sea perfecta.
Extrae la piel del limón, debes evitar la parte blanca de la piel del limón, ya que esta es amarga y le puede transferir ese sabor amargo a la leche. Coloca la leche en una olla a fuego mínimo y deja calentar lentamente. Remueve constantemente, coloca la piel del limón y la rama de canela. Cuando la leche entre en ebullición lo hará de forma suave. Remueve por unos 10 minutos, retira la olla y deja enfriar.