La variante ómicron puede eludir en parte la respuesta de anticuerpos proporcionada por la vacunación o la infección con variantes anteriores del SARS-CoV-2. Sin embargo, las células T siguen reconociendo a esta nueva variante, según un estudio del Instituto Karolinska (Suecia) publicado en la revista científica ‘Nature Medicine’.
Ómicron se ha convertido rápidamente en la variante dominante del virus del SARS-CoV-2. Los nuevos datos indican que ómicron no sólo es más infeccioso que las variantes anteriores, sino que también puede infectar a personas con inmunidad previa al evadir lo que se conoce como anticuerpos neutralizantes.
Sin embargo, la enfermedad grave parece ser relativamente infrecuente en personas vacunadas o infectadas, lo que sugiere que otros componentes del sistema inmunitario siguen siendo capaces de reconocer a ómicron. Esta nueva investigación muestra ahora que las llamadas células T de memoria formadas tras una infección previa o una vacunación con ARNm también responden a la variante ómicron.
«Junto con factores virales, como un menor nivel de replicación del virus en las vías respiratorias inferiores, y otros componentes inmunitarios, estos resultados nos dan una imagen más clara que puede explicar por qué la protección contra la enfermedad grave de ómicron sigue siendo buena en individuos previamente vacunados con ARNm», afirma el investigador principal, Marcus Buggert.
El estudio es una colaboración con el Hospital Universitario Karolinska de Suecia y se basa en muestras de sangre de 40 personas vacunadas, 48 que habían tenido una infección leve o grave por el SARS-CoV-2 y 48 que no habían sido vacunados ni infectados previamente.
Las muestras del grupo vacunado se recogieron seis meses después de su segunda dosis de vacuna, y las del grupo previamente infectado 9 meses después de la infección confirmada en la primavera de 2020, antes de la aparición de las nuevas variantes virales. Otras muestras se tomaron de donantes sanos a finales de 2020.
Las células T de memoria de ambos grupos experimentales mostraron una buena capacidad para reconocer la proteína espiga; la mejor respuesta, sin embargo, se observó en el grupo vacunado.
«Estos resultados sugieren que la inmunización de refuerzo puede proporcionar beneficios que se extienden más allá de la inducción de anticuerpos neutralizantes para mejorar la protección contra episodios recurrentes de COVID-19 grave», dice Buggert.
Aunque la respuesta de las células T de memoria estaba generalmente intacta contra ómicron, algunas personas no respondieron tan bien. «Ahora queremos entender por qué la respuesta difiere de un individuo a otro y si una tercera dosis de la vacuna puede aumentar aún más la respuesta de las células T contra ómicron», afirma el investigador.