Si las ventanas del automóvil y parabrisas se congelan en invierno, es hora de raspar el hielo, pero no de cualquier manera: después de todo, el automóvil debe permanecer intacto.
Límpialo y listo: no es tan fácil raspar el hielo. A temperaturas cercanas al punto de congelación, una delicada capa de escarcha puede desprenderse del parabrisas del automóvil sin mucho esfuerzo. Pero se vuelve difícil con el frío helado o la lluvia helada.
Si ataca una costra dura de hielo con la herramienta incorrecta o usas demasiada fuerza al rascar, provocarás peculiaridades en el vidrio. Los expertos explican cómo los conductores pueden limpiar suavemente las ventanas y parabrisas.
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Solo cuando las ventanas y los faros están completamente libres de hielo, los conductores pueden arrancar. Una pequeña mirilla no es suficiente. Los limpiaparabrisas tampoco deben encenderse de antemano: si las gomas del limpiaparabrisas rozan restos de hielo con bordes afilados, se rompen rápidamente y provocan rayas.