Según las informaciones que aporta el Instituto Nacional de Estadística de España, más de 2.400 mujeres han sido bautizadas con el nombre de Priscila, de modo que si conoces a alguna, no dejes de felicitarla.
Santa Priscila
Santa Priscila o Santa Prisca, como también se la conoce, según el Martiriólogo Romano, nació en Roma, y esta es la razón por la que la ciudad donde también se encuentra el Vaticano, mandó construir una Basílica en la colina del Monte Aventino, poniéndole precisamente la advocación de Santa Priscila. Fue una santa que sufrió el martirio siendo aún una niña. Cuando contaba a penas con 13 años de edad, le fue propuesto que renunciara a la fe católica, para que pasara por un ritual de sacrificios en el que únicamente debía colocar sobre una brazas un poco de incienso, a lo cual la niña se negó, afirmando que ella sólo pertenecía a Cristo.
Por causa de esa respuesta, en una época en la que Roma era gobernada por Claudio, se concluyó que la niña era una rebelde y, por esa causa, las altas autoridades dieron orden de que fuera ingresada en la cárcel hasta que cambiara de opinión y se convirtiera al paganismo, renunciando a la fe cristiana.
Al enterarse el pueblo de que Santa Priscila había sido encarcelada, siendo aún una niña, quien sólo era culpable de defender de manera tenaz su fe en Jesús, el Juez que debía juzgarla se vio metido en un gran predicamento, porque si la sentenciaba a muerte por su rebeldía, los ciudadanos se volcarían en su contra. Sin embargo, no importó la oposición de los ciudadanos, ni las insistencias de sus vecinos a la niña para que accediera a la conversión que se le exigía y salvara su vida, dejando de lado su fe cristiana, Santa Priscila se negó totalmente, hasta que al final fue condenada por el Juez a ser decapitada en las afueras de Roma.
Por lo que respecta a Santa Margarita de Hungría, se dice en los registros católicos, que era hija del Rey de Hungría, de nombre Bela IV. Su educación tuvo lugar en el convento de las hermanas dominicas de Santa María de Lepri. Se dice que desde muy temprana edad demostró dotes para la piedad y para los dones místicos, realizando en el convento las actividades más humildes, con lo cual dio ejemplo de ser una persona virtuosa, especialmente en lo tocante al voto de pobreza según mandan los evangelios y era proclive a la práctica de la mortificación de la carne, como forma para expiar los pecados.
La vida de Santa Margarita de Hungría fue un ejemplo que siguieron muchas mujeres de su época, ya que siendo hija de un rey, y pudiendo llevar una vida llena de privilegios, con mucha holgura, prefirió dedicar su vida a las obras y a los trabajos que ordena el evangelio entre la orden de las hermanas dominicas. Se dice que falleció en el año 1270.
No obstante, no son únicamente Santa Priscila y Santa Margarita de Hungría los únicos santos que se celebran el 18 de enero, sino que están acompañadas en tan señalada fecha por San Deicolo, San Jaime Hilario Barbal, San Volusiano, Beato Andrés de Peschiera Grego, Beata Beatriz II de Este, Beata Cristina Ciccarelli, Beato Facio, Beata María Teresa Fasce y Beata Regina Protmann.