El placer que se siente al hacer pan en casa es uno realmente incomparable. El proceso de fermentación básicamente mágico, el amasado suave y el aroma a pan fresco que sale del horno mientras se cocina, hacen de su elaboración una experiencia única. No obstante, más allá del auténtico placer que se disfruta, está el hecho de esperar con ansias el resultado. Y nada más decepcionante, que obtener un pan duro como piedra en lugar del suave y tierno que queremos.
Hacer un pan perfecto, va más allá de mezclar harina, agua, levadura y sal, pues, para que quede divino y con una consistencia perfecta, hay algunas claves que lo conseguirán.
8La fermentación de la masa para el pan: la clave para que no quede duro
Seguro alguna vez has preparado pan y al sacarlo del horno está perfecto, pero después de unas horas se ha convertido en una piedra. Si esto te ha sucedido, es por falta de fermentación.
Para que el pan casero quede perfecto, lo recomendable es que este fermente al menos 2 veces. Un primer proceso de fermentado al terminar la masa y un segundo fermento al tener la forma final, dará el tiempo necesario para que el gas carbónico haga su trabajo, dando como resultado un pan suave aun después de estar completamente frío.