El placer que se siente al hacer pan en casa es uno realmente incomparable. El proceso de fermentación básicamente mágico, el amasado suave y el aroma a pan fresco que sale del horno mientras se cocina, hacen de su elaboración una experiencia única. No obstante, más allá del auténtico placer que se disfruta, está el hecho de esperar con ansias el resultado. Y nada más decepcionante, que obtener un pan duro como piedra en lugar del suave y tierno que queremos.
Hacer un pan perfecto, va más allá de mezclar harina, agua, levadura y sal, pues, para que quede divino y con una consistencia perfecta, hay algunas claves que lo conseguirán.
4Mantén la calidad de la harina
Tal como te he comentado hace algunas líneas, la harina recomendada es la harina de fuerza. En caso de tener en casa harina de gran fuerza, guarda esta para hacer un rico panettone de chocolate, pero no la utilices para hacer pan.
Con este ingrediente sucede lo mismo que con la levadura. Si la tienes guardada desde hace mucho tiempo, corres los riegos de que pierda propiedades. Por esta razón, consérvala siempre alejada de la luz, olores fuertes y de la humedad, la cual es su principal enemiga.