El placer que se siente al hacer pan en casa es uno realmente incomparable. El proceso de fermentación básicamente mágico, el amasado suave y el aroma a pan fresco que sale del horno mientras se cocina, hacen de su elaboración una experiencia única. No obstante, más allá del auténtico placer que se disfruta, está el hecho de esperar con ansias el resultado. Y nada más decepcionante, que obtener un pan duro como piedra en lugar del suave y tierno que queremos.
Hacer un pan perfecto, va más allá de mezclar harina, agua, levadura y sal, pues, para que quede divino y con una consistencia perfecta, hay algunas claves que lo conseguirán.
10Cómo emplear al vapor como aliado
Para utilizar el vapor dentro del horno y hacer de este un aliado para obtener un pan perfecto, suave y delicioso, simplemente debes colocar la fuente con agua dentro del horno apenas enciendes este para precalentarlo.
Una vez que enciendes el horno, introduce la fuente con agua y deja que el vapor vaya inundando las paredes del horno. Antes de introducir el pan, cerciórate de que la fuente aún contiene agua y evita abrir el horno a cada momento; así evitas que el vapor escape.