Dulce, suave, esponjoso y con un aroma cítrico envolvente, así es el bizcocho de naranja. Y estas características lo han llegado a convertir en el postre perfecto para cualquier ocasión. Un buen bizcocho puede ser degustado a cualquier hora del día, pues, combina de manera perfecta con una taza de café o vaso de leche para desayunar, o bien que cae como una merienda ligera de media tarde.
Para hacer este dulce esponjoso y delicioso no hace falta ser un maestro repostero; incluso, con esta receta que hoy te propongo, podrás comprobar como cualquier dummie puede hacerlo.
4Así aprovechas mejor la naranja
Toma la naranja entera sin pelar y lávala muy bien; cuando la tengas limpia, córtala en trozos grandes y procede a licuarlas. Notarás que quedan pequeños trozos de naranja y piel; y es, precisamente este detalle el que le dará sabor y renombre al bizcocho.
Si la piel de la naranja es demasiado gruesa en la parte de arriba y abajo, quítasela y licuas solo la parte central de la naranja con piel. Haciendo esto evitarás que la masa del bizcocho se torne demasiado amarga.