La compañía tecnológica japonesa Sony afrontará la escasez de componentes destinados a la fabricación de su consola más nueva, PlayStation 5 (PS5), incrementando la producción de PlayStation 4 (PS4) durante 2022, según ha confirmado Bloomberg.
Desde este medio se apunta a que Sony pretende frenar la escasez de consolas de nueva generación mediante la producción en masa del modelo anterior como solución a la escasez de componentes necesarios para la fabricación de esta consola, que se lanzó en noviembre de 2020.
Según fuentes consultadas por Bloomberg, el fabricante continuará produciendo nuevas unidades de la PS4 para compensar parte de la producción de su último lanzamiento y ajustará su precio en respuesta de la demanda, aunque sus planes originales pasaban por dejar de fabricar PS4 a finales de 2021.
Fue en enero del pasado año cuando Sony decidió descontinuar algunos modelos de PS4 en Japón con el fin de potenciar la producción de su consola de la siguiente generación; una estrategia que ha tenido que revertir debido a los problemas de stock.
De ese modo, Sony Group Corporation lograría un envío extra de alrededor de un millón de consolas PS4 a lo largo de 2022. Según un portavoz de la marca en declaraciones recogidas por esta cabecera, «es una de las consolas más vendidas de la historia y recibe gran interés por parte de todas las generaciones».
Hasta la fecha, se han vendido más de 116 millones de unidades de la PS4, que comenzó a comercializarse en 2013. De acuerdo con la información a la que ha tenido acceso Bloomberg, este modelo proporciona una parte sustancial de los ingresos de la división de juegos de Sony, tanto por las suscripciones como por las ventas de software.
Conviene recordar que el pasado mes de noviembre, fuentes conocedoras de las operaciones de Sony informaron de que se había visto en la obligación de recortar sus previsiones de fabricación de la PS5 en el actual año fiscal.
De ese modo, los más de 16 millones de unidades que se esperaban inicialmente pasarán finalmente a los 15 millones debido a la escasez global de procesadores.