La Audiencia de Valladolid sienta en el banquillo este miércoles, 12 de enero, a un varón con iniciales A.G.E. que se expone a una posible condena global de casi ocho años de cárcel por una peligrosa persecución policial en coche registrada en noviembre de 2019 en la que el acusado, multirreincidente en la conducción sin carné, llegó a arrojar a sus perseguidores una maza de grandes dimensiones.
El encausado cuenta con un historial, entre los años 2002 y 2019, jalonado de numerosas condenas con penas que suman cuatro años y medio de cárcel y la prohibición de conducir vehículos a motor de más de catorce años, de ellas dos por atentado, otras tantas por conducir bajo la influencia de bebidas alcohólicas y tres más por pilotar turismos sin permiso, según informaron fuentes jurídicas.
Fiscalía le imputa ahora un delito de conducción temeraria, con la agravante de reincidencia; otro de atentado con instrumento peligroso y un tercero de conducción sin permiso, con la agravante en estos últimos de multirreincidencia. Las solicitadas suman siete años y nueve meses de prisión y seis años de privación del derecho a conducir vehículos a motor y ciclomotores.
En esta ocasión, ocupará nuevamente banquillo para responder de la peligrosa huida protagonizada la madrugada del día 15 de noviembre de 2019 en la A-62 a bordo de un BMW tras saltarse un control policial que se había establecido a la salida de Valladolid al tener conocimiento la policía de la comisión de un robo en una gasolinera.
Los agentes habían iniciado previamente la persecución de un Seat León que circulaba en dirección hacia Fuensaldaña, vehículo de similares características al utilizado en dicho robo, y a la misma se sumaría más tarde el acusado a bordo de su BMW, que se encontraba detenido en la incorporación a la A-62.
Los funcionarios trataron de que ambos turismos detuvieran su marcha activando las luces rotativas y las señales acústicas, si bien ambos conductores hicieron caso omiso y emprendieron la huida a 200 kilómetros por hora.
En el transcurso de la persecución, el conductor del Seat León logró evadirse del coche patrulla tomando la salida a Zaratán pero luego volvió a aparecer por detrás de los agentes, pasada la localidad de Geria, y tras adelantarles se colocó entre ellos y el BMW con el fin de frenarles, para lo cual el conductor comenzó a tirar por la ventana un polvo gris, presumiblemente de un extintor, que dificultaba la visibilidad de los perseguidores y que puso en peligro su vida.
Al llegar a la salida 142, el Seat León abandonó la autovía y los agentes de la Policía Nacional prosiguieron la persecución del BMW conducido por el acusado en dirección Tordesillas para luego incorporarse a la A-6 en dirección Madrid y más tarde realizar un cambio de sentido, acceder a la A-62 y dirigirse nuevamente hacia Valladolid.
Fue a la altura del kilómetro 144 cuando, según el fiscal del caso, el perseguido comenzó a arrojar objetos por la venta, entre ellos una maza de grandes dimensiones que golpeó en el vehículo policial, poniendo en peligro la vida de los ocupantes y la del resto de usuarios de la A-62.
La huida concluyó a la altura de un filtro que la policía había realizado en el kilómetro 134 a fin de desviar el tráfico de la vía principal a la de servicio.
En ese punto, el turismo del perseguido colisionó con la parte posterior de un camión, momento en el que el acusado trató de abandonar el lugar pero no llegó a lograrlo debido a que uno de los agentes realizó un tiro intimidatorio al suelo. Acto seguido, ambos policías le sacaron a la fuerza por la ventanilla al haber quedado bloqueada la puerta del conductor como consecuencia del impacto.