El ministro de Asuntos Exteriores, UE y Cooperación, José Manuel Albares, ha reconocido este martes que al Gobierno le preocupa la situación humanitaria que atraviesa Afganistán pero ha dejado claro que por ahora no tiene ninguna intención de reconocer al nuevo régimen instalado por los talibán tras su victoria el pasado mes de agosto.
En rueda de prensa con su homólogo de Pakistán, Shah Mahmud Qureshi, ha dicho que le preocupa «la evolución del contexto humanitario en Afganistán» y también «el deterioro de la situación de los Derechos Humanos y las libertades fundamentales de muchos ciudadanos, especialmente mujeres y niñas».
El ministro, que ha reconocido que Pakistán es «un actor clave para la estabilidad de la región y para el futuro de Afganistán», ha dejado claro no obstante que España «no se plantea el reconocimiento» del nuevo régimen talibán.
Eso no quita, ha aclarado, que pueda haber «contactos operativos» con los talibán para facilitar la llegada de ayuda humanitaria y garantizar el respeto de los Derechos Humanos, en particular los de mujeres y niñas. A este respecto, ha recordado que el embajador para Afganistán, Ricardo Losa, está en Qatar como otros muchos embajadores de o tros países para dichos contactos.
Por lo que se refiere a la reapertura de la Embajada española en Kabul, ha dicho que se producirá «en el momento en que se den las circunstancias de seguridad correctas» aunque ha reconocido que «nuestro deseo sería poder volver».
AGRADECIMIENTO A PAKISTÁN
En otro orden de cosas, Albares ha aprovechado para agradecer al Gobierno de Pakistán y a Qureshi en particular su ayuda para facilitar la evacuación de colaboradores afganos y sus familias hacia España, con los dos vuelos de octubre con más de 240 personas y otros 203 más que han ido llegando por separado desde varios países, principalmente Pakistán.
En este sentido, también ha agradecido al embajador español en Islamabad, Manuel Durán, presente en la rueda de prensa, elogiando su «enorme tarea» y ha dejado claro que los esfuerzos para seguir trayendo a España a colaboradores afganos y sus familias y afganos particularmente vulnerables continúa.
Por su parte, el ministro paquistaní ha asegurado que su país «está muy interesado en que se establezca la paz» en la región y a desempeñar el papel que le corresponde para que esto ocurra. Pakistán, ha acotado, «puede y debe contribuir como aliado contra el terrorismo».
Sin embargo, ha lamentado que en Occidente, en particular la prensa, no se ha sabido ver la contribución que ha hecho Pakistán, apoyando entre otras cosas el despliegue de las tropas de la OTAN en Afganistán o contribuyendo a facilitar el acuerdo entre Estados Unidos y los talibán que en último término provocó la salida de las tropas internacionales.
El acuerdo de Doha, ha sostenido, «no habría sido posible sin la contribución de Pakistán, si no hubiera convencido a los talibán de sentarse en la mesa de negociaciones». Sin embargo, pocos saben del precio tanto en vidas como económico que ha tenido que pagar Pakistán por ello, ha lamentado.
Dicho esto, ha recalcado que ahora «lo que necesita Afganistán es una solución política», sosteniendo que para la reconstrucción primero hará falta «la reconciliación de la población y para ello debe haber negociaciones políticas».
Qureshi ha aclarado que Pakistán no ha decidido aún reconocer al régimen talibán –como sí hizo en los años 90– porque espera a que se entablen conversaciones sobre ello con la comunidad internacional, a la que ha pedido «optar por el enfoque más pragmático posible» con vistas a poder avanzar y «paliar la crisis humanitaria y evitar el colapso económico» de Afganistán.
RELACIONES BILATERALES
En el plano bilateral, los dos ministros han dejado claro su interés en seguir profundizando en la relación, con el foco puesto en sectores como el comercio o el turismo. En este sentido, Qureshi ha asegurado que a su país tiene «mucho que aprender» de España porque es una «potencia turística».
Para ello, se ha acordado retomar lo antes posible los contactos a nivel de secretarios de Estados además de establecer grupos de trabajo encabezados por los respectivos embajadores para abordar el problema de la doble nacionalidad.
En España residen actualmente más de 100.000 paquistaníes, los cuales pueden optar a la nacionalidad española al cabo de 10 años pero al hacerlo deben renunciar a la nacionalidad de su país de origen, como les ha recordado una periodista paquistaní afincada en Barcelona.
Los dos ministros han asegurado que se va a estudiar el problema y Qureshi ha pedido «paciencia», al tiempo que ambos han coincidido en lo integrados que están en la sociedad española los paquistaníes y su contribución a la misma.
Por último, Albares ha indicado que España ha ofrecido a Pakistán vacunas contra la COVID-19 «si lo necesita».