Una de las salsas más socorrida en la cocina es sin lugar a dudas la de tomate frito. Esta versátil preparación es la base de muchos platos y a nivel mundial es disfrutada de un sin fin de maneras. Este tipo de salsa es comercializada en todos los países bajo diferentes marcas comerciales. Aun así, son millones de personas las que disfrutan el proceso de su elaboración en casa y la consumen de una manera más saludable sin ningún tipo de aditivos químicos.
Si eres de los que prefiere el sabor de una buena salsa de tomate frito casera, te convendrá saber las formas más idóneas para conservarla de manera perfecta, entre las cuales por supuesto, puedes recurrir al congelador como uno de los mejores métodos de conservación.
1La salsa de tomate frito: el placer de lo natural
En un mundo cada vez más agitado y en el que el tiempo no siempre lo tienes a favor, es probable que muchas veces te cuestiones si vale la pena invertir tanto tiempo en la preparación de platos caseros y sobre todo en las salsas. Y es que muchas veces se subestima el poder y el placer de lo natural ante las preparaciones envasadas industriales.
Es conocido como los fabricantes de productos envasados y salsas añaden cada vez más productos químicos, como saborizantes, conservantes y afines, no solo para aumentar el sabor de los productos, sino también para despertar la adicción por parte de los consumidores. Al hacerla de manera casera, tú controlas los ingredientes añadidos, y por ende disminuyes los riesgos de consumir productos potencialmente dañinos para tu salud.
Anímate y prepara una rica salsa de tomate frito picante y disfruta de su toque de fuego ideal.